viernes, 18 de junio de 2010

INTENSE

El Bajón comenzó en septiembre cuando observaba impasible como todo mi mundo se derrumbaba. Fueron unos meses duros, tristes, apáticos, con una autoestima por los suelos viendo como todo mi alrededor evolucionaba mientras yo me quedaba impasible, estático, sin poder siquiera moverme del sitio. Sin embargo toda esta situación me dió mucho que pensar. A pesar de mi amargura, mi afán innato por buscar siempre mi propia felicidad me hizo analizar el porqué de todo lo ocurrido y encontrar posibles soluciones al mismo. Con el tiempo llegué a unas conclusiones que tardarían aún varios meses en llevarse a la práctica ya que para que funcione el modelo teórico la mano ejecutora ha de estar preparada...y yo aún no lo estaba.
Ahora miro con retrospectiva, pienso en esos meses en los que tanto lloré, me torturé, me menosprecié, pero en los que también evolucioné, crecí y sobre todo APRENDÍ. Por eso hoy me doy cuenta de que todo pasa por algo, de que el sufrimiento también es necesario para convertirnos en mejores personas y aprender de nuestros errores.
Hace unos dias era la persona más feliz del mundo. Todo a mi alrededor parecía haberse puesto de acuerdo para que todo saliera perfecto y afirmaba que solo por el mes de Junio este último año había merecido la pena. Lo sigo afirmando. Pero como todo extremo, la felicidad extrema a veces también te puede llevar a equívocos que te alejan de la realidad. Por eso me encuentro aquí, feliz, contento, seguro y valiente...pero aún así cauto. No puedo dejar llevarme por el camino de una ilusión que suponga el reflejo de una realidad idealizada por mis pensamientos.
Por eso estoy aquí con los pies en la Tierra, finalizando esta etapa, comenzando otra, con planes e ilusiones pero asegurándome de que mis heridas cicatricen bien porque es muy fácil que vuelvan a abrirse. Todo es cuestión de quedarse con lo aprendido y que únicamente sea la prudencia y el sentido común lo que frene mis pasos.


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miércoles, 2 de junio de 2010