lunes, 11 de julio de 2016

Real Proud

Hemos pasado ya el ecuador de este 2016. Y todos los objetivos que me propuse para este año se han cumplido. Dando los últimos coletazos de mi veintena me encuentro en el momento más maduro y más tranquilo de mi Historia.  Cumpliendo con mis obligaciones, siendo responsable, festejando cuando y como se merece. Por fin he encontrado (de nuevo) un verdadero equilibrio. ¿Cómo me siento? Sinceramente, ORGULLOSO...

Haciendo repaso de todo este recorrido de 29 años y 11 meses me doy cuenta de que no ha sido un camino fácil. El pertenecer a ese 10% de la población, ciertas características de mi personalidad, mi procedencia geográfica, etc. Todos ellos aparentes obstáculos que dificultaban la realización a largo plazo de mis ambiciones, de mis sueños... Por suerte el tiempo y la madurez ponen cada pieza en su lugar y lo que antes veía como grandes impedimentos, hoy me doy cuenta de lo que verdaderamente eran: todas distintas lecciones de vida que me hicieron más fuerte, más luchador, más inconformista...en definitiva, que me convirtieron en la persona que soy hoy, de la cual tan orgulloso me siento. 

Con todo esto en la maleta me di cuenta de que se acercaba el Pride. Una fecha en la que, celebre o no, siempre vivo de manera ciertamente intensa pero que,  tras los acontecimientos de estos últimos meses (#prayfororlando) este año era MÁS importante que nunca. Así que me pedí ese día libre en el trabajo con tiempo y me preparé mentalmente para salir a celebrar y reivindicar tras varios años sin poder hacerlo de verdad. Debido a este momento vital en el que me encuentro me fue inevitable ponerme a hacer introspección, a reflexionar, a recordar... Me trasladé a ese tiempo de niñez, de inocencia pura, aquellos tantos momentos en la soledad de mi cuarto en los que bailando, cantando e imaginándome en un mundo de colores y (supuesta) fantasía encontraba mi verdadera felicidad. Y, sin embargo, a pesar de ello sabía que debía restringirlo a la intimidad de mi cuarto a solas. Me sentía un verdadero "bicho raro" y esto suponía una manera de auto-reprimirme. ¿Por qué? Mi realidad circundante de entonces me daba una respuesta clara: todos esos momentos eran fruto de sueños verdaderamente inalcanzables, ficciones creadas en mi cabeza que en última instancia me alejaban del (supuesto) rol que la sociedad ya tenía establecido para mí. Han pasado más de veinte años desde entonces. Toda una vida. Y, de repente, el recuerdo de estos momentos de niñez se me aparece como una de las verdades más aplastantes sobre mi persona. Esos actos, ideas, momentos, miradas hacia el futuro, sueños al fin y al cabo estaban ya configurando de manera inconsciente lo que iban a ser mis pasiones, mis gustos, todo aquello que de una manera u otra me iban a definir como persona pero que solo se iban a hacer patentes como tal ya bien entrado en la edad adulta y tras alejarme definitivamente de mi origen geográfico. Poco a poco la verdad se iba haciendo más y más clara... Ese niño que se dejaba el alma bailando el "Vogue" de Madonna, ese niño que prefería ver durante horas la MTV en un idioma que no dominaba antes que los dibujos animados, ese niño que fantaseaba con tener muchas barbies y una maleta llena de ropa y zapatos para vestirla, ese niño que, tras entender desde bien temprano que era homosexual, se dejaba llevar a solas y en sus pensamientos por lo que su corazón realmente dictaba; todos ellos un claro reflejo de la persona que soy a día de hoy. ¿Un bicho raro finalmente? Tras mostrarse la esencia de uno de manera tan contundente e iluminada la respuesta está más que clara: No, no soy un bicho raro. Quizás singular, me atrevería decir que hasta genuino, pero lo que está claro es que soy ÚNICO. Y de eso precisamente se trata el Pride. De celebrar la singularidad de cada individuo y de todo aquello que lo hace especial y único . De esta manera, lo que parece una celebración frívola sin más funciona realmente como medio de cohesión social para fomentar el respeto, la bondad y la empatía entre todos los seres humanos que formamos esta sociedad tan heterogénea. Porque solo tras aceptar y abrazar  aquello que te hace único podrás entender y aceptar aquello que a tu prójimo también lo hace único...

El día del Pride llegó ayer. Así que, en honor a ese niño que concentraba la mayoría de su felicidad bajo un techo y cuatro paredes mientras viajaba entre sueños, ideé una vestimenta acorde con esos momentos. Una manera metafórica de sacar a ese niño del cuarto y mostrarle lo bonito y maravilloso que es compartir tu verdadero yo con el resto del mundo. Porque es ahí, solo ahí cuando por fin lo descubres: Ya nunca más estarás solo. :)


"If you can't love yourself, how in the hell
are you gonna love somebody else?"
Ru Paul