viernes, 14 de agosto de 2015

FAMILIA

Hace apenas una semana publiqué una entrada sobre la amistad, aquella que se forja sin darte cuenta pero que te hace recordar lo importantes que pueden llegar a ser ciertas personas en tu vida. No es la primera vez que escribo algo al respecto. De hecho, una de mis primeras entradas en este blog fue precisamente sobre la amistad. Era un momento distinto, recién llegado a la ciudad, apenas entrado en la veintena y con un montón de sueños e ideas en la cabeza. Hoy me encuentro a las puertas de la treintena, con multitud de experiencias y vivencias a mis espaldas que me han conducido hasta mi Presente... un Presente diferente a como siempre me había imaginado. Cabría esperar que las cosas hayan cambiado mucho. Y en efecto, lo han hecho. Miro en retrospectiva hacia ese momento y compruebo cuán distante está mi situación vital de la de aquella época. Sin embargo, existe una anomalía. Algo que se sale del esquema "natural" de las cosas, pero que por alguna razón u otra siempre intuí, siempre pensé que sería así...

A medida que creces, maduras, te alejas de esa etapa adolescente que te llevó a la vida adulta, comienzas a moverte en nuevos mundos. Y si esto ocurre tras dejar tu isla y todo lo que conocías atrás para adentrarte en un entorno completamente nuevo en busca de tus sueños, todo esto se multiplica. La universidad, el trabajo, la noche, todo te lleva a toda una serie de nuevas experiencias y al conocimiento de nuevas personas. Éstas van y vienen. Algunas se quedan por mucho tiempo y no dejan una especial huella. Otras permanecen menos pero su marca se queda grabada de manera más profunda. Unas (muy) pocas llegan, te marcan y se quedan convirtiéndose así en una verdadera amistad. Sin embargo, cuando dejas tu ciudad natal para finalmente volar hacia el que será tu futuro, muchos pensarían que todo lo que dejaste atrás se quedará ahí, en el Pasado... Pero a veces el destino quiere darte una sorpresa. Justo en ese punto en el que la idea de que eres un ser vivo más sobre este planeta no para de rondarte la cabeza, de repente te das cuenta de que no, de que tienes algo especial, MUY especial. Algo que siempre has valorado, que siempre has cuidado, pero que hasta ahora no te habías percatado de lo verdaderamente preciado que se ha vuelto. Me explico...


Hace más de 10 años empezamos a forjar en Tenerife un grupo de amigos de manera espontánea. Un poco por costumbre, un poco por conveniencia...o al menos así pensábamos entonces. El tiempo pasó, cada uno fue haciendo su camino casi siempre fuera de la isla. Pero por alguna razón u otra siempre hacíamos por mantener esa amistad. A pesar de la lejanía, a pesar del tiempo transcurrido, a pesar de los aparentes cambios, SIEMPRE que podíamos pasábamos ese tiempo que coincidíamos en la isla (o donde fuera) juntos. Y el tiempo siguió pasando... llegaron los trabajos, las responsabilidades, la madurez, las crisis. En consiguiente nuestro tiempo juntos (ya bastante escaso) se vio aún más mermado. Por primera vez pasaba más de un año sin que alguno u otro pudiera verse. Esto podría interpretarse como un primer momento de verdadero alejamiento entre nosotros, enfrentándonos a la verdadera realidad de ser adultos. Sin embargo, por alguna razón que desconozco pero que me llena de la mayor de las alegrías, pasó justo el efecto contrario. Nuestra amistad ha evolucionado hasta un punto que la valoro(amos) MÁS que nunca. Hemos alcanzado un estado en el que compartimos TANTO que es imposible alejarnos los unos de los otros. Hemos creado una especie de círculo en el cual nos sentimos seguros, arropados, queridos, en familia... Sin haberlo planeado previamente nos hemos convertido en una verdadera familia que, a pesar de la distancia lucha y actúa para que se mantenga unida. Y en esta unión que hemos creado recae una de mayores dichas que puedo tener ahora en mi vida. Una dicha que a pesar de todas las adversidades se ha mantenido constante y en mejora a lo largo de los años. Por eso, en momentos como este de mi existencia en los que lo negativo pesa de sobremanera sobre lo positivo, esta "familia" me da verdadera fuerza para seguir hacia delante. Porque muchas cosas pueden ir mal, puedes creer que el mundo se te viene encima, pero mientras tengas a esas personas que VERDADERAMENTE QUIERES y con las cuales el sentimiento es  ABSOLUTAMENTE RECÍPROCO ya es suficiente para ver la Luz al final del camino.

En un mes el primero de nosotros se casa. Por amor, con una gran persona. Y todos estaremos juntos para celebrarlo. Y no podemos estar más contentos por él, por nosotros y por este grupo tan increíble que hemos formado. Hace 7 años publicaba una entrada sobre la amistad. Hoy es algo más. Es mi verdadera FAMILIA.


¡GRACIAS!



Uno de tantos momentos inolvidables. Fin de año 2007-2008

domingo, 2 de agosto de 2015

Friendship

Esos dias BONITOS, en los que te rodeas de esa gente BONITA con la que siempre pasas los mejores momentos. Porque de repente, cuando menos te lo esperas, te das cuenta de que has forjado uno de los mejores grupos de amigos que has tenido en mucho tiempo.

¡GRACIAS!

:)