miércoles, 30 de marzo de 2022

Temporada Primavera - Verano



 Y finalmente comprobé como el Golpe de Suerte vino para quedarse…

Hace apenas dos semanas me dieron la noticia que tanto esperaba: EN MAYO FIRMO MI CONTRATO INDEFINIDO CON LA EMPRESA. Tras menos de tres meses trabajando mis mas altas expectativas se cumplieron y por fin podía asegurar que todo lo que estaba viviendo era real. Una seguridad laboral REAL con un sueldo verdaderamente competitivo, con unas condiciones magníficas y ENCIMA un tipo de trabajo totalmente alejado de la Atención/cara al público. Incluso ya  en lo social y personal este nuevo trabajo ha superado también mis mas altas expectativas. No contaba con congeniar TANTO con un grupo tan diverso de personas. Así que saber que muchos de ellos también firmarán en Mayo sus contratos indefinidos no hace más que confirmarme que he tomado la decisión correcta. Tras un fin de semaba de celebración y asimilación de todo, por fin pude relajarme y pensar tranquilo. Porque, por primera vez en muchos años podía permitirme de manera realista entregarme a mi más grata y favorita actividad:

HACER PLANES

Porque la temporada Primavera-Verano esta a la vuelta de la esquina, hay planes muy importantes que en otra ocasión habría tenido que declinar, pero esta vez no y para rematar la faena, me han aprobado todas las vacaciones que pedí para dichos planes. TODAS. ¿Qué significa eso? Lo resumo:

- Del 28 de Abril al 2 de Mayo, viaje a Madrid

- Del 9 al 11 de Junio, Primavera Sound

- Del 17 al 20 de Junio, viaje a Almeria para la boda de Clara

- Del 22 al 27 de Junio, viaje a Ibiza para la despedida de soltera de Laura Torres

Toda una serie de planes que por primera vez en mi vida me puedo permitir de verdad sin tener que endeudarme, sin tener que preocuparme. Toda una serie de planes que van a volver a traer la esencia de aquellos años en el Raval en los que cada fin de semana de Junio eran una aventura diferente.

Cómo echaba de menos esa sensación…


Ibiza 2012

10 años después nos volveremos a encontrar

<3

lunes, 21 de febrero de 2022

Un Golpe de Suerte

 Empecé en el nuevo trabajo un 11 de Enero junto con 45 personas más. Se trata de una empresa holandesa en plena expansión que por primera vez hacía un movimiento tan arriesgado de contratación masiva de nuevos trabajadores. Así que tras apenas dos días de formación nos incorporamos al turno de noche. Ya desde el principio congenié con varios compañeros y se notaba que el sentimiento generalizado era bastante positivo. Al fin y al cabo todos compartíamos la opinión de que este puesto era una verdadera oportunidad profesional en muchos sentidos y todos queríamos hacerlo muy bien. Así que de manera orgánica ya desde el principio se empezó a generar una dinámica de “equipo” en la que verdaderamente nos ayudábamos entre todos los nuevos compañeros en vez de “competir” por ver quien es el mejor. Y empecé a caer en la cuenta de que no recordaba la última vez que había estado en un entorno laboral tan aparentemente sano y constructivo…

Durante las dos primeras semanas fui asumiendo y aplicando los nuevos conocimientos de manera cada vez más efectiva mientras mi confianza y mi optimismo iban en aumento. Al fin y al cabo, todo parecía estar yendo a mi favor y la seguridad de que efectivamente este trabajo era perfecto para mi y mis aptitudes se hacía cada vez más patente.

Sin embargo ya a finales de Enero tuve que enfrentarme a una posible realidad que podría ir en mi contra si acababa por darse dicho escenario. Me explico. Este turno de noche al que hemos entrado estas 45 personas se ha creado específicamente para nosotros como prueba para comprobar si es necesario, si verdaderamente hay tanto volumen de trabajo que justifique este nuevo turno. Y claro, es un factor que nosotros no podemos controlar por muy “bien” que hagamos nuestro trabajo. Y como nuestro contrato es solo por 3 meses con posibilidad de renovación, se puede dar la situación de que, una vez pasado ese tiempo desde la empresa decidan quedarse con menos trabajadores de los que esperaban en un principio (o en el peor de los casos que eliminen por completo el turno de noche) Al darse varios dias en los que cada vez había menos volumen de trabajo se empezó a atisbar un cierto sentimiento de inseguridad al respecto. También porque hasta que no pasara más tiempo tampoco sabríamos nada. Así que, a pesar de ello continué aplicándome y haciendo las cosas lo mejor posible. Al fin y al cabo trabajamos con métricas que son el indicador de tu rendimiento y progreso general. Y yo estaba muy enfocado en “demostrar” que merecía la pena mantenerme en este trabajo. Y parece ser que dicha actitud finalmente tuvo su recompensa…

A principios de Febrero me informan de que yo y otros 9 compañeros hemos sido seleccionados para ser formados como “investigadores”, un tipo de trabajo mucho más profundo y exhaustivo para combatir el fraude financiero. En ningún momento nos explicaron el criterio seguido para nuestra selección, pero ya desde el principio la Team Leader que nos lo comunicó hizo mucho hincapié en la importancia y el valor de que nos hubieran seleccionado para esto en concreto ya que, según nos contó había trabajadores con más de uno y dos años en la empresa que lo habían solicitado y aún no habían podido hacerlo. Como una manera tácita de indicarnos que de los 45, nosotros 10 reuníamos las cualidades más aptas para este trabajo (algo que hacía cada vez más segura la posibilidad de renovación de contrato tras los primeros 3 meses) 

Han sido dos semanas de formación y preparación que finalizaron este sábado con un examen práctico final que una vez aprobado ya te convertía oficialmente en investigador. ¡Y los 10 lo aprobamos! Obviamente la alegria y la tranquilidad se apoderó de todos nosotros. Yo por mi parte decidí que era un momento idóneo para hacer balance interno de este primer mes y medio en la empresa. Y tras hacer un análisis profundo de todo comprobé lo que llevaba tiempo sospechando pero no me atrevía a creer o aceptar por mis experiencias pasadas. Y es que, por primera vez en muchísimos años TODO ME VA BIEN. 

Estoy en un trabajo en el que todo lo “prometido” es cierto: las condiciones económicas y de extras, las comodidades físicas de la oficina en sí, el ambiente de compañerismo y verdadera colaboración entre nosotros, la profesionalidad de mis jefes y su sincero interés por ayudarnos a mejorar en nuestro trabajo, la medición de nuestro rendimiento y la calidad de nuestro trabajo a través de datos objetivos y medibles, un entorno diverso e inclusivo en el que puedes ser tu mismo. Por otro lado el trabajo no solo se me da bien sino que he de admitir que me gusta! Las jornadas se me pasan volando y en todo este tiempo no he sentido estrés o ansiedad en ningún momento por tener que ir a trabajar. Y para coronar todo esto, tengo un nuevo puesto que en cierta medida me “asegura” mi permanencia en la empresa.

Aún me cuesta creerme todo esto. Todavía sigo abrumado ante tantas cosas buenas. Al fin y al cabo han sido muchos años no llegando nunca a remontar del todo y en cierta media ya había asumido que no me iba a surgir una oportunidad como esta nunca más. Y sin embargo aqui estamos, recogiendo los frutos de mi trabajo tras el mayor Golpe de Suerte de mi historia.

Y ya solo por esto puedo afirmarlo sin miedo a equivocarme:

SOY FELIZ

:)




lunes, 10 de enero de 2022

2021: El año de la Incertidumbre y las 3 Sorpresas



 El final del verano de 2020 fue complicado… Mientras subían los contagios así lo hacían las restricciones de nuevo. Y casi sin darnos cuenta, en Octubre nos metimos en un toque de queda que se alargaría hasta Mayo del 2021. Todos en casa metidos de 22.00 a 6.00 y toda la hosteleria y ocio nocturno cerrados. Coincidiendo con la llegada del frio se empezó a apoderar de mi una fuerte nostalgia y melancolía (algo que por otro lado tampoco es raro xD) y haciendo balance me di cuenta de que la última vez que había visto a algún miembro de mi familia fue en Octubre de 2019 y que hasta 2021 no iba a poder hacerlo…Así que, después de meditarlo muchísimo tomé una importante decisión basada en tres puntos clave:

- Años de una vida ocio-social limitada a momentos clave por mi situación económica y empeorada aún más por la pandemia

- La necesidad de encontrar un estímulo que me pusiera de nuevo a estudiar si quería conseguir mi objetivo de ser funcionario

- Darme profundamente cuenta de lo que pesan tantos años estando lejos de mi familia y de mi tierra.

Y de esta manera, por primera vez en estos últimos 15 años tomé la férrea y sabia decisión de volverme una temporada larga a Tenerife. La idea era solicitar un traslado en mi trabajo aludiendo motivos familiares y una vez en la isla irme a vivir con mi madre. De esta manera no solo mantendria mi nivel de ingresos con un trabajo estable sino que este cambio reduciría de manera drástica mis gastos mensuales, ayudándome a recuperarme de mis deudas muchísimo antes. Y, además, en un ambiente idóneo no solo para ponerme a estudiar sino para reconectar y volver a tener en mi vida diaria a mi familia. Estaba convencido, estaba seguro, así que rápidamente solicité el traslado y por primera vez en mucho tiempo me permití sentir un poquito de ilusión. Todos mis compañeros con más experiencia en la empresa estaban convencidos de que me lo darían en pocos meses y yo quería creerles, así que fui comunicando mi decisión a todo mi entorno, ya que mi vuelta real a Tenerife se veia inminente. A pesar de que mi realidad era que aquí seguía de encierro nocturno obligatorio pasando los dias y semanas cada vez más frios, más aburridos y sin una certeza clara de cuando iba a acabar todo esto, la idea de mi vuelta a la isla se convirtió en mi verdadero empuje para seguir adelante.

Y con esta mezcla de incertidumbre y esperanza recibí al 2021…

Por suerte, las cosas no tardarían en empezar a mejorar (muy) poco a poco. El proceso de vacunación iba avanzando sin pausa mientras bajaba el nivel de contagios y mortalidad. Por primera vez en meses se atisbaba un poquito de optimismo y una verdadera luz al final del túnel. Y fue en este momento cuando llegaron mis primeras vacaciones del 2021. Así que en Febrero, por primera vez en año y medio pude pasar una semana en Tenerife con mi familia. Unos dias que me llenaron de una alegria y una paz difícilmente describibles. Una situación que despejó cualquier tipo de dudas hacia mi decisión de volver a la isla. Tanto fue así que una tarde decidí visitar algunas de las tiendas donde había solicitado el traslado y presentarme a los coordinadores a ver si conseguía acelerar el proceso de alguna manera. Sin embargo aquí me informaron de la triste realidad pandémica: las vacantes para Tenerife eran sumamente escasas por la caída en picado del turismo y además tenía por delante mio a tres trabajadores que también habían solicitado un traslado a la isla. Así que la espera a que llegara mi momento se visualizaba larga, muy larga. Aún así, después de todo lo vivido en los últimos años decidí no perder la esperanza, armarme de paciencia y esperar a que llegara mi momento. Así que con esta idea en la cabeza y convencido de la ausencia de cambios sustanciosos a la vista volví a Barcelona.

No tardaría en pasar ni un mes cuando recibo la primera sorpresa del año…

Después de haberlo hablado hacía años, finalmente iba a pasar. Mi amigo Jota me ofrece irnos a vivir juntos desde cero en un nuevo piso. Sin embargo, conociendo mi situación económica y habiendo aprendido ya ampliamente la “lección”, antes de aceptar hice mis cálculos económicos siendo completamente realista. Y para mi sorpresa, todo era factible. De repente era posible salir de un piso en el que llevaba más de 6 años bastante a disgusto, con una vida básicamente de encierro en mi habitación. Así que sin dudarlo me embarqué en ello de cabeza sabiendo lo largo y tortuoso que puede llegar a ser la búsqueda de piso. Sin embargo, en menos de mes y medio ya estábamos metidos en un piso precioso en pleno Paralel. Después de mucho tiempo volvía a vivir en el centro junto a mi mejor amigo en la ciudad y por un precio sorprendentemente asequible. Todo ocurrió tan rápido, de manera tan orgánica y, sobre todo, de manera tan positiva que, tras tanto tiempo en la oscuridad, realmente me costó creérmelo. Pero esto solo era el principio del cambio…un cambio vital, de actitud, de percepción que rápidamente fui empezando a percibir en mi interior precisamente en todo el esplendor de la Primavera, con la llegada del calor y con la certeza de que el fin del toque de queda no tardaría en llegar…

Por fin en Mayo ocurrió y, a pesar de que el ocio nocturno seguía cerrado y existían aún restricciones, esta libertad horaria para salir a la calle fue la primera muestra real de que lo peor de la pandemia había pasado y de que la vuelta a la normalidad estaba cada vez más cerca. Cada día que pasaba era un poquito mejor que el anterior y yo me sentía cada vez más fuerte, más seguro, más optimista, con más autoestima…

Y así el verano comenzó con verdadera alegría y energia. Playa, sol, amigas y sexo…una combinación de elementos que hacia mucho tiempo no se daba y me hacían darme cuenta no solo de la vuelta a la normalidad sino la vuelta poco a poco de mi “esencia”, algo que se quedó por el camino forzosamente allá por el 2018 y estaba resurgiendo cada vez con más fuerza. Esto se hizo totalmente palpable en las 2 semanas que pude pasar de vacaciones en Tenerife. Por primera vez en muchos años podía disfrutar de mi tierra y sus playas en pleno verano y con tiempo suficiente para descansar y recargar energías. Así que así lo hice y esos días pasaron en la más completa y absoluta felicidad.

Al volver a Barcelona estaba eufórico. Había pasado las mejores vacaciones en mucho tiempo y el ocio nocturno (solo al aire libre) comenzaba a abrirse. Así que el primer fin de semana tras mi vuelta de Tenerife tuve mi primer “evento” nocturno en el Poble Espanyol, algo que llevaba mucho tiempo esperando y que viví muy intensamente. No contaba con que eso al final se quedaría en un segundo plano tras lo que ocurriría más adelante esa misma noche…la segunda sorpresa del año.

Lo que parecía ser una cita de Grindr más acabó convirtiéndose esa misma noche en lo que yo interpreté como la primera conexión real sexo-afectiva que tenía en años. Fué tan intenso y recíproco que decidimos volver a quedar el siguiente fin de semana para cerciorarnos de que lo que nos había ocurrido era real y no producto de una sobreidealización provocada por los efectos de la “noche”. Así que cuando llegó ese segundo encuentro yo estaba realmente expectante… Y al final se desarrolló muchísimo mejor de lo que podría imaginar. Por primera vez desde Ibon estaba viviendo una conexión carnal y mental que me hizo recuperar una ilusión que ya daba por perdida. Así que decidí volver a confiar, darle una oportunidad y seguir conociendo a esta nueva persona. Sin embargo, bien pronto, todo se quedó en un mero espejismo…cuando decidimos volver a quedar e interactuar en otro tipo de situaciones de repente esta persona decidió echarse atrás y el silencio (como en tantas ocasiones en el pasado) se apoderó de todo. Por suerte yo ya tengo una larga experiencia en desavenencias amorosas y en cuanto aparecieron las primeras señales negativas yo las supe reconocer bien rápido. Y al comprobar por enésima vez la falta de responsabilidad afectiva de esta persona que había entrado en mi vida decidí cortar por lo sano. No voy a mentir, fue un verdadero palo…y asumir de nuevo otro “fracaso” no fué fácil durante los primeros dias. Pero por suerte esta negatividad duró poco y pude seguir de nuevo con mi vida en apenas semanas. Al fin y al cabo no habíamos pasado más de dos dias juntos y la cosa no había ido más allá. Así que seguí para adelante con la ayuda de lo que estaba por venir… Y es que, con la llegada de Octubre vendrían mis últimas vacaciones del año que iban a coincidir con la visita de mi amigo Moi a Barcelona. Con lo que no contaba era con la noticia que recibiría apenas dias antes de la llegada de mi amigo. Después de año y medio finalmente el ocio nocturno iba a abrir oficialmente JUSTO los dias en los que estaba Moi por la ciudad. Realmente no me lo podía creer. Así que con una alegria y emoción inmensas ese fin de semana lo dimos TODO y volví a revivir lo que llevaba tanto tiempo anhelando. Realmente fue extraño volver a desenvolverme en un ambiente social tan extremo como lo es la “fiesta”. Pero sin darme cuenta en ese momento, esos dias fueron el comienzo de la recuperación de mi verdadera esencia…esa que se quedó por el camino mucho antes de la pandemia. Así que tras ese fin de semana de locura, reencuentros y sensaciones volví a la “normalidad”. Solo que esta vez todo había cambiado. Por primera vez empecé a atisbar un hastío vital que no supe reconocer así de primeras. Pero poco a poco iba haciéndose cada vez más patente… Después de más de dos años en Mercadona empecé a sentir un queme que solo hacía que aumentar con el paso de los dias y semanas. Comenzaba a darme cuenta de que tras más de 10 años trabajando de cara al público, en atención al cliente o derivados había superado mi cupo de paciencia. De repente me di cuenta de que necesitaba verdaderamente un cambio. Si no ¿por qué aún no había podido ponerme a estudiar para las oposiciones? ¿Por qué aún no había hecho ningún movimiento para este cambio que tanto quería supuestamente se produjera? La respuesta estaba clara. No estaba bien. Así que con el final del año a la vuelta de la esquina decidí que era hora de buscar algo alejado finalmente de todo lo que suponía trabajar de “cara al público”. No era tampoco una decisión drástica. Siendo realista, tenía la idea de que una vez comenzado el nuevo año me pondría a buscar un nuevo trabajo pero con calma y paciencia, entendiendo que hasta que no encontrara algo mejor no iba a dejar lo que tenía con Mercadona que, al fin y al cabo era una red de seguridad muy buena. Con esta idea en la cabeza encaré el final del año de manera positiva… sin contar con lo que pasaría a finales del mes de Diciembre. La tercera y más importante sorpresa de este 2021…

El 20 de Diciembre recibo una oferta laboral para ser analista de fraude financiero. Tras estudiarla detenidamente y ver las condiciones compruebo que cumple exactamente con todo lo que llevaba buscando/deseando: un mejor sueldo, unas mejores condiciones y un tipo de trabajo que me alejaría por fin del trabajo cara al público. Así que tras sopesarlo decidí aplicar para el mismo. Total, no tenía nada que perder. Así que me programaron la entrevista para el 27 de Diciembre por videollamada y yo me la preparé a conciencia. Y en menos de tres horas tras la misma me confirman que el puesto es mío. Y, de repente, TODO había cambiado… Todos mis planes de opositar, toda esa idea del volver a Tenerife se desvanecían porque había conseguido aquello que nunca pensé que conseguiría. Un puesto de analista de datos, en una gran empresa, con un gran sueldo que me permitiría no solo saldar mis deudas mucho antes sino vivir una vida en Barcelona como siempre quise. No me lo podía creer. Tras varios años de resiliencia, de tirar hacia delante como podía, un pequeño golpe de suerte me había vuelto a poner donde siempre había querido. Así que con toda esta fuerza, con toda esta energía decidí que mi último día en Mercadona sería el día 31. Un movimiento simbólico para comenzar el nuevo año 2022 imbuído por toda esta nueva oportunidad que la vida me estaba dando. 

Y de esta manera me despedí del 2021 comprobando como una idea que nunca creí que ocurriera estaba pasando delante de mis narices. Y es que, con mis 35 años iba a encontrar finalmente la estabilidad personal, profesional y financiera que tanto anhelé durante tantos años. Y, ¿sabes lo que te digo? Qué bienvenida sea!

2022 te pillo con tantas ganas que no puedo esperar a ver todo lo que vas a ofrecerme.

Gracias Vida, Gracias Universo.

“Good things come for those who wait”

lunes, 17 de agosto de 2020

A strange summer, yet a good one

Este año 2020 nos ha cambiado la vida a todos... De repente en Marzo nos vimos sumidos en una pandemia mundial por el coronavirus surgido en China. Por primera vez desde la Gripe Española de 1918 el mundo se enfrentaba a una verdadera crisis sanitaria debido a la propagación del virus por todo el planeta. Así que, de repente, en medio de mis dos primeras semanas de vacaciones el Gobierno toma la drástica (pero necesaria) decisión de confinar a toda la población en sus casas. Se suspenden las clases, se cierran la mayoría de negocios que no fueran esenciales, se restringe la libertad de circulación en vía pública sin una causa justificada... De repente el país se paró por obligación y la incertidumbre pasó a convertirse en una constante. Sin embargo, ya desde el principio supe ver rápidamente como mi situación personal concreta me convertía en cierta medida de los pocos "afortunados" durante todo este proceso.

Me explico...

A pesar de que esas dos semanas de vacaciones se fueron al traste, me di cuenta de que por mi trabajo en Mercadona de repente yo era un "trabajador esencial". Los supermercados, así como farmacias y otros pocos establecimientos esenciales se mantuvieron abiertos. Así que, mientras la inmensa mayoría de España no sabía que iba a pasar con su futuro laboral y económico, yo me encontraba con un puesto indefinido que me iba a seguir reportando mi sueldo habitual cada mes (además de un "plus" que nos pagaron en el mes de Abril por nuestro esfuerzo durante las caóticas primeras semanas cuando empezó todo). Por otro lado, me di cuenta con el paso de los días como este confinamiento no iba a alterar en exceso lo que había sido mi "vida" en el último año. Debido a mis deudas mi vida social se había reducido muchísimo y rara vez me permitía hacer algún plan con amigos que supusiera gastar dinero. Así que este encierro tampoco sería un cambio muy drástico y en el fondo me iba a ayudar a gastar aún menos dinero. Así que, con todo esto en mente encaré el confinamiento de la mejor manera posible...

Hubo días mejores, días peores, mucha reflexión, mucho tiempo para mi... Y las semanas iban pasando convirtiéndose en meses en los que los contagios y las muertes no hacían más que ascender. Lo que en un principio yo creía que serían uno o dos meses como mucho se fue alargando y acercando peligrosamente al verano. Como cada año yo ya tenía mis dos semanas de vacaciones pedidas a principios de Junio para coincidir con el Primavera Sound y poder trabajar allí, así como aprovechar los siguientes 10 días y darme el salto a Tenerife. Pero mis planes, así como mis vacaciones se fueron a la mierda...

Después de casi 3 meses encerrados en casa, a finales de Mayo comienza la "desescalada" de manera progresiva en 4 fases de dos semanas cada una como mínimo (que podrían a su vez alargarse si la cifra de contagiados no descendía lo suficiente). Con el Primavera Sound suspendido y los viajes fuera de la comunidad prohibidos hasta el final de la desescalada tuve que aceptar que no iba a poder ir a Tenerife este año. Y como se trataba de mis dos últimas semanas de vacaciones del año tendría que esperar hasta el 2021 para poder viajar a mi Tierra... Pero bueno, por suerte uno ya tiene experiencia para aceptar "realidades inevitables", así que lo asumí lo mejor posible e intenté concentrarme en cómo podría aprovechar ese tiempo en Barcelona.

Durante mi 1ª semana de vacaciones estábamos aún en la Fase 1, en la que se permitían reuniones de hasta 10 personas en lugares particulares. Así que ese fin de semana, después de casi 3 meses sin vernos, decidimos organizar una fiesta "post-cuarentena" en casa de Marc para reencontrarnos todos. Y como era de esperar fue, por decirlo de alguna manera, FUERTE... Después de tanto tiempo encerrados nos dejamos llevar absolutamente como hacía mucho no nos permitíamos. Y era justo lo que necesitábamos todos.

Tras esta primera semana entramos en la Fase 2 coincidiendo con mi segunda semana de vacaciones. Suponía ya un aumento de libertades y la apertura por fin delas playas para uso recreativo. Así que con esto en mente me propuse comenzar la "temporada de playa" por todo lo alto... sin tener en cuenta que todo podía irse al garete por una tremenda tormenta veraniega que duró prácticamente toda la semana. De nuevo, una semana más encerrado en casa sin poder aprovechar esos días libres. Y, sinceramente, no me lo tomé bien... Podría decirse que esa semana fue de las peores durante todo el confinamiento. Sin embargo, tras mi vuelta al trabajo tomé una determinación: Iba a aprovechar el verano lo máximo posible. Al estar mi Mercadona apenas a 10 minutos de la playa decidí obligarme a ir al salir de trabajar al menos unas horitas. Que para estar encerrado en casa mejor estaba en la playa. Y lo cumplí. Los días que no fuera a la playa iría al gimnasio una vez los volvieran a abrir para retomar la rutina que me vi forzado a dejar al principio de la pandemia. Y lo cumplí. Los domingos (mi único día libre) quería obligarme a madrugar (algo que tampoco me costaba demasiado) para irme desde bien temprano a la playa a pasar el día entero. Y lo cumplí. Quería aprovechar cualquier ocasión para estar más con mis amigos los fines de semana y disfrutarlos más de lo que lo había hecho en los últimos años. Aunque eso supusiera gastar un poco más de lo debido. Y lo cumplí. Y así pasó Junio y parte de Julio... y me di cuenta de que estaba siendo sorprendentemente de los mejores veranos de los últimos años. Todo parecía que iba a volver poco a poco la normalidad cuando finalmente se organiza a mediados de Julio lo que iba a ser mi primer evento de ocio nocturno (fuera de una casa). La guinda del pastel...

Pero por desgracia una semana antes se empieza a producir lo que ya habían vaticinado que podría ocurrir. Los contagios comienzan a crecer de nuevo y se tiene que dar marcha atrás. Se vuelve a cerrar todo el ocio nocturno así como los gimnasios. Por suerte las playas se mantuvieron abiertas, así que las semanas siguientes continuaron de la misma manera, a base de playa y quedando con amigos en sus casas...

Y en un abrir y cerrar de ojos nos pusimos a mediados de Agosto a apenas una semana de mi cumpleaños. Buen momento para hacer balance de todo. Así que, tras analizarlo todo bien tuve que admitirlo: Ha sido un verano extraño, pero ha sido un BUEN verano. Y con eso me doy más que satisfecho. La semana que viene es mi cumpleaños y lo celebraré de manera informal reuniendo a todos mis amigos para pasar el domingo en la playa en lo que para mi será la "clausura oficial del verano".

¿Por qué?

A finales de Octubre tengo la prueba para el título de Catalán que, una vez obtenido, me permitirá opositar para cualquier puesto en la Administración en Barcelona. Así que tengo que irme ya preparando para ponerme a estudiar de nuevo por primera vez en muchos años. Y creo que tras este verano tan bueno y de tantos propósitos cumplidos puedo encarar esta nueva etapa con ganas, madurez y sobretodo determinación. Ahora empieza el verdadero trabajo para mi futuro. Ahora empieza la etapa en la que se decidirá todo. Y solo acabará de manera positiva si me mantengo férreo en mis convicciones y fuerte para cumplir mis objetivos.

Y por primera vez en mucho tiempo, me siento verdaderamente preparado para que así sea.

:)

NO MORE FEAR


Un San Juan verdaderamente inolvidable <3

jueves, 25 de junio de 2020

Full deconstruction to make a new start (Part III)

Una de las principales razones que me movieron a dar el paso de dejar H&M y buscar una mejora laboral fue el tema económico. En los últimos años había acumulado una deuda de una tarjeta de crédito y llevaba ya mucho tiempo en general llevando una vida más o menos precaria mientras apenas podía pagarla...
Así que cuando conseguí el nuevo trabajo me relajé en ese sentido. Siempre he tenido mucha tendencia a gastar y no he sido el mejor llevando mis propias finanzas, así que al comprobar que mis ingresos mensuales aumentaron considerablemente así lo hicieron mis gastos. De esta manera no me costó ni diez segundos aceptar la oferta de una tarjeta de Vodafone con unas (supuestas) condiciones magníficas y una gran línea de crédito. Así que no solo habían aumentado mis ingresos sino que ahora tenía en mi poder otra línea de crédito para lo que yo pensaba que serían "emergencias". No lo voy a negar y admito que me dejé llevar por esa falsa imagen de "poder". Por primera vez podía vivir sin medir cada gasto... sin pararme a pensar en ningún momento en el concepto "deuda+intereses"...

Los meses iban pasando y yo me gastaba todo mi sueldo antes de que acabaran... así que siempre me veía obligado a usar la nueva tarjeta a final de mes. Sin pararme en ningún momento a comprobar cómo iba la línea de crédito... Esta dinámica continuó invariable hasta varios meses después de dejar el trabajo. Lo que inevitablemente me iba llevando a darme cuenta del tremendo error que había cometido durante todo este tiempo...

Esta tercera realidad latente estalló cuando finalmente comprobé el verdadero estado de mis finanzas. Una que terminó con cualquier atisbo de esperanza. De repente no solo estaba sin trabajo, hundido moralmente y solo por primera vez en mucho tiempo, sino que además me había fundido en poco más de un año una segunda línea de crédito que triplicaba a la otra. Y aquí terminé de hundirme...como nunca antes me había pasado. Hubo una serie de días muy oscuros en los que consideré seriamente acabar con mi vida. No veía una solución aparente y solo hacía que repetirme como había arruinado así mi vida. Fueron tiempos extremadamente duros, de mucha obligada reflexión, de analizar fríamente todo aquello que me había llevado hasta esa situación. No me quedaba otra. Por primera vez tuve que enfrentarme realmente a mi propia mierda...

Un viaje relámpago a Tenerife para celebrar mi cumpleaños y reunirme con mi familia fue clave para ponerlo todo en perspectiva. Activé el modo "supervivencia" y acepté que tenía que focalizarme en la verdadera prioridad en ese momento: encontrar trabajo lo antes posible. Por suerte en Octubre me cogieron de tele-operador para una empresa de supermercados. Sin embargo las horas y el sueldo no eran suficientes para afrontar mensualmente el pago de todas mis deudas y poder simplemente "vivir". Así que comprendí que si quería salir adelante por mi cuenta tenía que buscar un segundo trabajo para sacarme un sobresueldo. Y en apenas una semana me cogieron de camarero en la sala Tango, casualmente donde hacen la mayoría de fiestas a las que asisto. Así que ya por fin en Noviembre pude "respirar" con algo de tranquilidad.

Sin embargo todo había cambiado... De repente me había convertido en un pluriempleado que trabajaba de lunes a viernes en la oficina y los viernes y sábados noche sirviendo copas. Y el poco tiempo libre que me quedaba tuvo que ser restringido drásticamente si quería recuperarme lo antes posible de todas mis deudas...algo que igualmente ya se iba a alargar muchos años en adelante. Mi vida se convirtió en un ir y venir del trabajo a casa constante, con alguna visita a mis amigos más cercanos una o dos veces al mes. Y fue algo que tuve que aceptar sin remedio. Era la única solución. Yo mismo había provocado todo eso y era mi trabajo encargarme de arreglarlo. En general fue el inicio de los tiempos más duros que he vivido, en los que he comprobado lo verdaderamente fuerte que soy. Mi mente se abrió por primera vez a nuevas posibilidades que nunca antes me había imaginado. ¿Por qué? Mi mundo entero se había roto, todos mis esquemas a la basura...así que ante tal situación en la que toda tu vida se deconstruye solo te queda una opción: Volver a construir desde cero.

Y ahí, en ese momento pude verlo con total claridad y por primera vez en mucho tiempo me sentí en PAZ. Por primera vez tenía un verdadero propósito. Por primera vez acepté verdades sobre mí que nunca me había atrevido a aceptar. Verdades que suponían tirar por tierra para siempre una serie de ideas que habían definido mi pensamiento de manera muy clara durante prácticamente toda mi vida adulta. Me explico...

Dentro de esta vorágine post renuncia de empleo se me sucedían todo tipo de preguntas sobre mi futuro laboral. Después de esta experiencia de la que salí escaldado me preguntaba: "¿hasta qué punto quiero soportar yo algo así por dinero de nuevo?" "¿qué tipo de trabajo sería idóneo para ganar un buen sueldo y que eso no suponga prostituirte por la empresa en la que trabajas?" "¿por qué le doy tanta importancia a que una principal característica de la persona sea su oficio?" "¿Acaso no soy yo y mi vida muchísimo más que mi designación profesional?" Y entonces me di cuenta... El sistema económico está creado para que las empresas funcionen así. Da igual si son medianas, grandes o conglomerados gigantescos. Todos se rigen por el principio de competencia y aumento constante de producción. Y como trabajador te exigirá cada vez más si quieres ser considerado un "triunfador", una palabra que siempre me obsesionó como una meta a conseguir...y que ahora esta más lejos que nunca. Pero si para triunfar tengo que dar mi vida por la empresa en que trabajo, entonces eso no es triunfar. Porque triunfar es lo que haces con tu vida fuera. Tu familia, tus amigos, tus pasiones, tus inquietudes... ahí es donde radica la verdadera felicidad. Así que, con esto en mente pensé: "vale Guille, ahora qué?" "si quieres evitar la empresa privada por todos estos principios que están aflorando, cuáles son tus verdaderas opciones?" La respuesta estaba clara y siempre fue algo que rondaba mi mente vagamente: Opositar. Lo más parecido a una solución que se ajustaba a mis necesidades. Trabajar para el Estado en las mejores condiciones posibles en cuanto a sueldo y comodidades. Un trabajo que me permitiría vivir cómodamente mientras disfruto de mi vida. Así que con esta idea en mente comencé a informarme al respecto y conocer un poco la dinámica. Una preparación que supondría ponerme a estudiar de nuevo y volver a reactivar mi mente como hace mucho no consigo. Sin embargo antes de nada tenía que reorganizar mi vida laboral...

Tras casi una año compaginando ambos trabajos estaba realmente cansado. Y si quería tener tiempo para dedicarle al estudio necesitaba buscarme un único trabajo con mejor sueldo para así poder seguir afrontando el pago de mis deudas. Incluso acepté que este trabajo debía ser algo "fácil", de "menor" categoría como diría antes. Al fin y al cabo necesitaba estar con mi mente lo más serena posible. Y un trabajo como dependiente de tienda o incluso cajero de supermercado se perfilaban como los más idóneos en este sentido. Así que tras un mes buscando en Agosto de 2019 me cogieron en Mercadona en donde trabajo como frutero hasta día de hoy...

Ha sido lo más difícil de mi vida aceptar estar donde estoy, asimilar todas las decisiones que me han llevado hasta este momento. Definitivamente soy una persona diferente. Esto me ha marcado para siempre. Pero estoy bien, estoy sereno. Tengo seguridad laboral, un sueldo decente y un proyecto de futuro verdaderamente realista. Y ahora, cuando miro con retrospectiva he aprendido a no arrepentirme de nada. Todo fue necesario. Todo pasó porque tenía que pasar. Y lo mejor es hacer las paces con eso y seguir adelante.

Porque al final siempre puedes volver a empezar...



Pasado el tiempo, curadas las heridas es el cariño y los buenos recuerdos lo que permanece.

Full deconstruction to make a new start (Part II)

En 2016 y tras cumplir los 30 iba llegando a la conclusión de que estaba estancado profesionalmente...
Tras más de 5 años trabajando en H&M necesitaba un cambio. Necesitaba mejorar mi situación económica así como fijarme unos nuevos objetivos para crecer profesionalmente. Siendo consciente de que encontrar algo de "lo mío" sin verdadera experiencia previa y sin ningún tipo de formación post-grado iba a ser casi imposible, decidí fijarme otros objetivos. Unos más realistas pero que se ajustaran a la "idea" de lo que quería para mi futuro: Un trabajo de "mejor categoría" con verdaderas posibilidades de ascender y crecer profesionalmente. Así que poco antes de que finalizase el año creí haberlo encontrado ante mi sorpresa...
Tras haber sido recomendado por varios amigos que también trabajaban allí, en apenas dos meses me hicieron la primera entrevista y tras una segunda conseguí el puesto. No podía creerme que todos mis planes estaban saliendo (aparentemente) bien. Se trataba de un puesto de tele-operador dando asistencia técnica a clientes de Apple. De repente pasé de trabajar de dependiente en una tienda de H&M a ocupar una mesa en la 5ª planta de un edificio de 19 en el distrito @22 de Barcelona. En él una sola empresa llevaba este tipo de servicios para distintas marcas (Mango, Swarovski, Google, Apple) en un ambiente verdaderamente multicultural con trabajadores de todas las nacionalidades. Visualmente y aparentemente me encontraba ante un verdadero salto cualitativo a mejor profesionalmente. Incentivos, bonos, buen sueldo, contrato de 40h, posibilidades reales de ascender dentro de la empresa tras un tiempo, formación previa de 3 semanas pagada por la empresa. Todo en mi mente eran mejoras. No podía creer mi suerte y me tomé todo el proceso muy en serio. Obviamente no iba a ser un trabajo "fácil". Mis amigos ya me habían advertido de que en muchas ocasiones iba a ser duro. Pero todos me afirmaban que valía la pena, que realmente estaban muy bien y que el ambiente de trabajo entre los compañeros era genial. Y en el fondo no mentían... Así que verdaderamente encaré esta nueva situación muy motivado, con miedo pero con ganas de hacerlo bien desde el principio y que poco a poco todo fuera a mejor...

Al principio parecía más duro de lo que me imaginaba por la cantidad de conocimientos nuevos que tenía que procesar para la realización de mi trabajo. Pero poco a poco fui asimilándolo todo y tras haber comenzado a trabajar oficialmente el 1 de Mayo de ese 2017 solo tuve que esperar hasta los primeros meses del verano para conseguir mis primeros bonos e incentivos por mi buen rendimiento. Se me daba bien... o yo quería implicarme mucho para hacerlo bien. En cualquier caso, aquí se empezó a gestar una realidad latente que tardaría aún un año en estallar sin yo ser plenamente consciente de la misma hasta apenas un mes antes. En mi acostumbrado afán de enmascarar la realidad con un falso optimismo no quise aceptar lo que cada semana se hacía más patente: este trabajo se estaba cargando poco a poco mi salud mental. Cada día volvía agotado mentalmente a casa y entre semana solo quería desconectar, no hacer nada, quedar eventualmente con mi novio y gastarme mucho dinero en comida a domicilio (al fin y al cabo con este mejor sueldo podía permitirme más caprichos) Los fines de semana los pasaba con mi novio en lo que yo creía que era mi salvación ante toda esta situación. Lo que me hacía aguantar y servía de "bálsamo" inconsciente para afrontar una nueva semana. Pero, ¿por qué este efecto en mi salud mental? Tras hacer un análisis a posteriori de todo el tiempo que estuve allí pude extraer dos ideas/razones. 

- En primer lugar muchas prácticas de la empresa hacia sus clientes que yo estaba obligado a cumplir en el ejercicio de mi puesto y que consideraba cuanto menos "reprobables". Tras irme familiarizando cada vez más con ellas e ir cogiendo experiencia me fui dando cuenta que detrás de las mismas no había una verdadera intención de resolver los problemas que presentaban los clientes sino sacar un rédito económico. En muchos casos (demasiados) mi empatía me jugaba malas pasadas y veía como inevitablemente no "podía" ayudar a muchos clientes por una mera cuestión de protocolos, cuando en el fondo sabía que el problema tenía fácil solución. Muchos días salía verdaderamente derrotado mentalmente del trabajo porque sabía que estaba "mintiendo". Algo que me lleva al siguiente punto.

- Por otro lado muchos de mis bonos e incentivos que incrementaban mi sueldo dependían directamente de la satisfacción del cliente tras la llamada. Algo que, en los casos anteriores podría tornarse casi imposible. Pero desde la empresa ya nos formaban con técnicas que ellos denominaban "soft skills" para abordar este tipo de llamadas. De esta manera intentaban disimular lo que verdaderamente estábamos haciendo. Y es intentar manipular al cliente para que piense que la llamada ha sido satisfactoria a pesar de que claramente no lo había sido. En resumidas cuentas, manipulación y engaño. Poco a poco pero sin pausa esto iba afectando en mi conciencia hasta el punto de sentir verdadero terror por tener que enfrentarme a una llamada que sabía que iba a acabar mal. Y todo en nombre de una de las empresas más ricas y con mejor "reputación" del mundo. Poco a poco lo iba comprendiendo mejor, poco a poco esta realidad latente estaba más presente. Pero yo no quería verlo. Y a pesar del desgaste psicológico, me aferraba cada día a la idea de que era un "buen trabajo" y de que antes o después iba a poder acceder a un puesto superior.

Así que los meses se iban sucediendo mientras yo aguantaba como podía. Suplía este sufrimiento gastando excesivamente dinero, viviendo lo que yo creía que era una vida "acorde" con mi nuevo puesto y sueldo y arropándome en el que era mi pareja...

Y llegó 2018 y con él el punto de inflexión... Tras ver como a pesar de mis intentos de máxima resiliencia iba sintiéndome cada vez peor en mi trabajo tomé la decisión de que a los únicos puestos a los que optaría para ascender sería a aquellos que me aseguraran no coger llamadas nunca más. Y esto solo se reducía a un puesto de controlador...y casualmente salió una vacante en Abril. A pesar de mi agotamiento mental yo seguía haciendo muy bien mi trabajo y mi jefe se llevaba muy bien conmigo. Así que tras la primera entrevista grupal éste me recomendó encarecidamente a la jefa del departamento y tras varios procesos al final la vacante estaba entre otra chica y yo. Y llegados a este punto yo estaba convencido de que lo iba a conseguir...

Pero al haber fallado la prueba de excel (la cual fue de carácter sorpresivo impidiéndome la posibilidad de preparármela previamente) al final el puesto fue para la otra persona. Y allí exploté internamente... y no me vi capaz de continuar por más tiempo como agente telefónico (para que volviera a salir otra vacante como esta podrían pasar aún muchos meses.) Así que ese mismo día 6 de Mayo tomé la decisión más radical de mi vida, cogí mis cosas y me fui. De repente estaba sin trabajo sin otra cosa a la vista. De repente toda esta idea de futuro que ya me había hecho se esfumó sin que hubiera otra que la sustituyera. Pero en ese momento crucial esto era lo último que pasaba por mi cabeza. Yo solo quería irme de allí, alejarme de algo que por primera vez podía identificar como el causante de tanto sufrimiento en el último año. Así que me aferré a esto y afronté las semanas siguientes para descansar, recuperarme, intentar fijar un rumbo a mi vida profesional y, sobretodo, poder dedicarme más y mejor a mi pareja. Al fin y al cabo, todos los problemas derivados del trabajo se habían esfumado y todo iría mejor con él...

Pero de repente esto que había vaticinado no ocurrió. Al tener mucho más tiempo libre empecé a analizar con más profundidad situaciones que se seguían repitiendo con él que no me gustaban, que quería verdaderamente cambiar pero que por alguna razón hasta ahora dejaba pasar. Y poco a poco esta realidad fue haciéndose cada vez más clara hasta que me di cuenta: seguía con él por miedo a volver a estar solo. Algo que en el pasado siempre critiqué fervientemente, considerándome una persona enormemente independiente, de repente me daba en las narices. Y entonces tuve que aceptar la única decisión posible para mí: tenía que dejarlo.

Después de mucho meditarlo, de darnos incluso un tiempo previo para considerarlo, a principios de Julio lo hice oficial y poco más de dos años después de habernos conocido puse el verdadero y definitivo punto final a mi relación. A pesar del dolor y aceptar lo que ello conllevaba, estaba convencido de que era la decisión correcta, tomada de forma madura y racional. Y efectivamente así fue. De hecho esas primeras semanas tras la ruptura fueron muy buenas. Aparentemente me sentí liberado y todo apuntaba a que iba a poder superarlo más rápido de lo que pensaba...

Sin embargo la incertidumbre se apoderó de mi poco antes de empezar Agosto... De repente me di cuenta de la cruda realidad. Estaba sin trabajo, sin prospección a corto plazo de conseguir uno, sin saber exactamente que quería y, por primera vez en mucho tiempo solo. Solo conmigo, solo con mis pensamientos. Y pensé, ingenuo de mi, que al menos lo peor ya había pasado...

Cuando lo peor, esta tercera y última realidad latente estalló en pleno verano en el estado más vulnerable que me he encontrado nunca...

(CONTINUARÁ)

Full deconstruction to make a new start (Part I)

Más de dos años de silencio por aquí... Lo nunca visto en la historia de este blog. Un tiempo de crisis, de oscuridad, de realidades latentes que iban estallando en mi cara una detrás de otra. Una situación extrema como nunca antes había vivido. Completamente desposeído de cualquier certeza que había construido durante tantos años sobre mi presente, mi futuro y mi persona. ¿La razón? Idear y llevar a cabo toda una serie de determinaciones basadas en unas ideas del mundo y de mi mismo completamente erróneas... Una crisis existencial que llevaba gestándose mucho tiempo en mi interior mientras yo inconscientemente hacía todo lo posible por no verla tomando toda una serie de malas decisiones.


Sin embargo para entender esta debacle debo retroceder unos años antes.

Nos conocimos en Mayo de 2016 y estuvimos todo ese verano como "follamigos" informales. Realmente yo no esperaba mucho de todo aquello dada mi experiencia. Así que tras volver de mis vacaciones en Tenerife al final del verano hice por quedar con él. Una serie de cancelaciones y malos entendidos me hizo pasar rápidamente de él. Me lo tomé como una decisión correcta, sensata y madura. Y me quise convencer de ello. Sin embargo esto afectó a mi autoestima más de lo quise admitir y recuerdo que se sucedieron unas semanas bastante bajas de ánimos que yo quise identificar como "crisis de los 30". No tenía ni idea de que esto sería la punta del iceberg...
Mi hermana vino de visita a la ciudad en Noviembre y automáticamente captó mi estado anímico. Yo le conté toda mi "historia" con él y como, a pesar de haber pasado un verano muy divertido, esto se había acabado abruptamente. No pasaron ni 24 horas tras esa conversación que recibo un mensaje suyo (por primera vez en meses) Quiere que nos veamos. Yo en mi intensidad habitual me dejo llevar por la situación tan casual pero al mismo tiempo deseada. Así que tras una quedada en la que dejamos las cosas "claras" decidimos seguir viéndonos.
Las semanas y los meses iban pasando. Y la cosa iba claramente en ascenso a pesar de que su personalidad hermética no dejaba entrever nada de lo que podía ir sintiendo realmente. Sin embargo ahí estaba, ahí seguía y nuestra afectividad iba en aumento. Pasamos Nochebuena juntos y en Fin de Año lo llevé con mis amigos en lo que sería su "presentación oficial" en mi grupo. Algo nuevo, algo importante que supuso verlo por primera vez interactuar con mi entorno. Y todo salió tan bien y empezamos el año de manera tan maravillosa que realmente me convencí de que esto se estaba convirtiendo en algo más...
Más meses pasaron y esta idea no hacía más que reforzarse en la cabeza. Cualquier intento de profundizar y verbalizar lo que nos estaba pasando se me hacía cada día más necesario. Algo que por otro lado me parecía más que lógico porque, realmente nos habíamos convertido en algo mucho más que "follamigos". Y entonces llegó la conversación y su respuesta fue de todo menos esperada... "Dame tiempo para pensarlo". Para mí estaba más que claro, pero pensé que quizás él necesitaba procesar más cosas al respecto... el primero de muchos autoengaños inconscientes que se sucederían en adelante por querer ver siempre el lado bueno de las cosas.
Esta pausa coincidió con Semana Santa que él aprovecharía para ver a su familia y amigos estando tiempo fuera de la ciudad y que yo quise interpretar positivamente como un tiempo en el que verdaderamente reflexionaría sobre lo nuestro. Yo estaba preocupado, nervioso durante esos días pero en el fondo me mantenía siempre positivo.
A su vuelta quedamos un viernes y acabamos pasando todo el fin de semana juntos. Fue un fin de semana buenísimo. Se notaba que ambos teníamos muchas ganas de vernos y yo lo interpreté como la señal definitiva de que la respuesta final sería positiva, a pesar de que el tema ni se tocó hasta ya el domingo...
Tras armarme nuevamente de valor volví a sacar el tema. Y su ambigua respuesta que no coincidía con lo que yo quería oír debería haber sido la señal definitiva de que debía de dar esta historia por terminada allí mismo. Básicamente opinaba que éramos más que "follamigos" pero que no se sentía preparado para ser mi novio... algo que por otro lado ya estaba pasando en la práctica pero que me demostró una falta de inteligencia emocional que debería haberme alejado por completo. Así que allí, en ese momento tomé la que considero fue la única decisión correcta en todo este tiempo que debería haber sido definitiva. Con todo el dolor que ello me conllevaba decidí poner punto y final a lo nuestro ya que (como ya me había pasado en el pasado con la historia de Frank) me di cuenta de que llegados a este punto lo nuestro no llevaba a ninguna parte...
Y pasaron las semanas, duras, de recuerdos, de nostalgia. Otra historia de fracaso más a mis espaldas, otra vez acostumbrarme a la soledad después de haber pasado tantos meses de fisicalidad afectiva como nunca antes había vivido. Sin embargo sabía que había tomado la decisión correcta y que antes o después estaría mejor... sin darme cuenta que esto supondría otro duro golpe a mi autoestima que, de nuevo, no sabría identificar a tiempo.
Poco más de un mes después me escribe. Quiere verme, quiere quedar y todo se me revuelve. Nos vemos en una cafetería del Raval y tras una charla informal decide confesar lo que claramente le está costando un esfuerzo sobrehumano verbalizar. Me echa de menos... quiere que nos volvamos a seguir viendo. Sigue sin querer denominarse mi "novio" formal pero me explica que no hay razón para dejar de seguir viéndonos si ambos claramente queremos seguir haciéndolo. Y claro, ahí de repente me derrumbo internamente... Por primera vez alguien "vuelve" tras haberle dejado. Por primera vez alguien afirma de manera tácita que me echa de menos y que quiere que nos sigamos viendo. Y entonces, embargado por una (errónea) sensación de poder decidí darle otra oportunidad... a pesar de que haciendo eso volvíamos a estar bajo su concepción de lo "nuestro". Pero en ese momento me daba igual. La carne llama a la carne y lo que yo quise interpretar como una decisión 100% racional realmente estaba guiada por un corazón que no quería volver a estar solo.
Y el tiempo fue pasando, y las cosas mejorando... él cada vez más cercano, más receptivo. Yo observando felizmente como esto se estaba empezando a convertir en mi primera relación seria de mi edad verdaderamente adulta.
Y de repente llegó un día como otro cualquiera. Cenamos en su casa con unos amigos que yo aún no conocía y de repente soltó lo que para mi sería una bomba: "Este es mi novio Guille". No me lo podía creer, por fin había pasado. Finalmente había aceptado nuestra realidad...más de un año después de conocernos. Pero no me importaba. Para mi fue un gran paso para seguir consolidando esta relación que tanto bien me estaba haciendo... o al menos eso creía.
Como en toda relación había problemas, malentendidos y roces que los iba intentado arreglar como podía mediante la comunicación. Una tarea normalmente bastante ardua dada su dificultad para identificar y verbalizar sentimientos que justificasen actitudes que yo reprobaba, que se repetían pero las cuales siempre acababa perdonando. Guiado siempre por un pensamiento positivo y optimista pensaba que todo tarde o temprano se arreglaría. Al fin y al cabo las cosas habían mejorado mucho desde el principio y todo cambio lo quería ver verdaderamente posible.

Sin embargo todo esto no era sino un autoengaño inconsciente tras otro por no querer ver esta realidad que tenía ante mis ojos. Y no quería verla por una simple razón. Lo único "bueno" que consideraba que tenía entonces en mi vida era él. No era perfecto y quizás tenía fallos, pero al menos quería estar conmigo. Y eso ya era suficiente como para tapar todo lo demás.

Hasta que llegó el día en el que no era suficiente...

Pero para entender la inevitable llegada de ese día tenemos que remontarnos de nuevo al pasado.

(CONTINUARÁ)



domingo, 10 de diciembre de 2017

Boyfriend

Demasiado tiempo sin pasar por aqui...
Cambios importantes
Etapas inéditas
Todo es 100% nuevo
Las experiencias, los sentimientos, las prioridades...
Todo ha cambiado radicalmente
Y todo esto se resume en apenas dos palabras:

TENGO NOVIO

(Próximamente + info)


miércoles, 8 de marzo de 2017

Realidades Postmodernas

"Haz que no parezca amor, que es lo que se lleva ahora.
Tú dices libre y yo digo cobarde.
Cobarde todo aquel que no es capaz de comprometerse con el instante.
Cobarde todo aquel que no esté presente cuando el otro está desnudo y vulnerable.
Cobarde todo aquel que puso un límite desde el principio.

Yo es que no quiero nada serio.
Como si no fuera lo suficientemente serio estar dentro físicamente de otro ser humano.
Yo es que no creo en las etiquetas.
Como si ponerle nombre a las cosas fuera algo malo.
Yo es que busco pasar el rato.
Como si la vida fuera para siempre.

Hay algo tan neurótico en nuestra manera actual de relacionarnos.
Tan irrespetuoso con la vida.
Tan impaciente.
Y queremos más:
Más picante
Más gorda
Más grandes
Más altos
Más guapos
Más fuertes
Más delgados

Nos aburrimos porque no nos soportamos a nosotros mismos.
Porque no queremos que nadie nos conozca.
Porque es más sencillo empezar de nuevo cada dos años vendiendo nuestra mejor cara.
Porque es mucho más sencillo follar que limpiar lo follado.
Porque tenemos miedo a que en el fondo seamos un auténtico fraude.
A que cuando el otro arañe un poco vea que no hay nada.

Nada serio.
Y aquí seguimos rascando.
Cambiando cromos repetidos.
Poniéndonos ropa interior cara para que otros se limpien los pies al entrar.
Haciendo del amor una servidumbre de paso.

¿No sientes a veces que tú vales más que todo eso que haces?
Que tú eres un jodido milagro.
Con tus ojos que todavía pueden ver.
Con tus pies moviéndose para llevarte al lugar que quieras.
Con tu boca capaz de dar las gracias.
Con tu piel ocupando una plaza en el mundo.

¿No sientes a veces que tú te mereces más que lo poco que te hacen?
Dos besos mal pegados.
Tres minutos entre las piernas.
Cinco embestidas.
Y un Whatsapp: No me agobies.

Lo más triste es que esta sociedad nuestra ha conseguido invertir los papeles.
Ahora si dices que sientes algo, estás loco.
Es muy pronto.
Muy arriesgado.
Poco inteligente.
Dime tú: 
¿Cómo lo haces para no sentir algo cuando lo haces?
¿Cómo se finge la vida?
¿Cómo se hace para que nunca parezca amor,
y que simplemente parezca un accidente?"

Roy Galán

#currentmood




domingo, 12 de febrero de 2017

Sneak Peak


2017 & Stuff... :)
(+info coming soon)

sábado, 3 de diciembre de 2016

Una noche en el Pasado

Ayer fué una de esas noches que se planean con bastante antelación. Hacía semanas que había fijado ya ese día en concreto para salir y darlo todo ya que todo cuadraba a la perfección: Viernes, semana de vacaciones, recién cobrado y PopAir. Así que me preparé mentalmente para disfrutar de una noche que, aparantemente, iba a ser una divertida fiesta más para el recuerdo. Sin embargo rápidamente mi cabeza se puso a maquinar, ya que en el fondo habían ciertos elementos que, según se diera el caso, podrían hacer de esa noche algo más especial. Básicamente sabía que ayer iba a coincidir con ciertas personas con las que tengo, por así decirlo, "asuntos pendientes". Tras haber salido por fin de la crisis de la que hablé en la anterior entrada y viendo todos los elementos a mi favor me sentía más seguro y confiado que nunca de que realmente esa noche podría pasar algo con alguien...

Llegué a casa hace un rato después de ayer. Como siempre, me he puesto a hacer recapitulación de todo lo ocurrido, a reflexionar. Aparentemente fué una noche divertida y fuertona más en la que todo sucedió más o menos como se esperaba que ocurriese. Pero al mirar más profundamente compruebo que no ha sido una noche cualquiera más, sino todo lo contrario. Ha sido una noche verdaderamente especial, solo que de una manera completamente opuesta a como tenía en mente en un principio...

En su momento no me di cuenta, pero digamos que todo lo ocurrido anoche me ha reafirmado aún más una cierta verdad que llevo tiempo intuyendo. Una de esas verdades a las que tanto miedo le tengo por mis experiencias del pasado. Una verdad que simplemente no quiero asumir del todo hasta que no esté seguro al 200%. Pero veo que, haga lo que haga, ésta se está imponiendo con fuerza... Me dejo de metáforas y voy al grano. Tras un evento postureo previo llegué a la PopAir "muy contento", seguro y con la autoestima bien arriba. Y para sorpresa mia me encuentro con muchos viejos conocidos... En ese momento no me percaté pero en un intervalo muy corto de tiempo sin darme cuenta me reencontré por primera vez en años con bastantes personas de mi "pasado sentimental". Fabio, Rodri, Javi Vaquero...de todos ellos he hablado en algún momento largo y tendido por este blog. Y al final todos se han quedado en eso, "fracasos" sentimentales de mi pasado. Aún así todos estos reencuentros fueron muy agradables y tiernos. Sinceramente, me gustó mucho volver a verlos a todos ellos después de tanto tiempo. Sin embargo ahora tras analizarlo bien todo con la calma me doy cuenta de cómo han cambiado realmente las cosas sin yo darme apenas cuenta. Por qué? Digamos que en todos estos encuentros, al final realmente no he sentido "nada". A pesar de lo intenso que soy "per se" y de saber que todas estas personas fueron MUY especiales para mi en algún momento de mi vida, no he sentido prácticamente nada. Como si, efectivamente ellos ya formen parte de un pasado más que cerrado y superado que ya nada tiene que ver con quien soy hoy en día. Aunque en su momento no lo identifiqué de manera tan concisa y consciente como ahora, sí que he de admitir que este "inmovilismo interno" ante ellos me dio más confianza en mi mismo durante la noche para, entonces concentrarme en esas persona con las que cabía la posibilidad de que ocurriera algo.  El ambiente era favorable, ellos aparentemente receptivos...cuando al final, de repente y sin previo aviso comprendí que el que no iba a estar por la labor iba a ser yo. Una decisión repentina y espontánea pero que tenía una razón de ser muy clara. Tenía ante mi toda una muestra de mi pasado que me reforzaba en mi situación actual y al mismo tiempo otra muestra de posibles conexiones con estas personas concretas que ya estaban alli en laPopAir conmigo. El escenario era idóneo, pero solo aparentemente... Y es que son en estas noches concretas en las que aparentemente tenemos la conciencia fuertemente alterada, cuando tu verdadero "yo" se muestra sin tapujos. Entonces, me di cuenta: solo me apetecía estar en ese momento con la única persona que faltaba allí.  Y qué persona es ésta? Pues, precisamente la única muestra de lo que últimamente está siendo mi presente más absoluto (ni pasado ni futuro). Y eso, no lo voy a negar, me gusta. Pero también me asusta ya que ello no solo supone aceptar esa "verdad" que en tantas ocasiones intento ocultar (algo está creciendo) sino que todo se está desarrollando de una manera completamente nueva para mi y generalmente opuesta a todas mis historias del pasado. Quiero pensar que, a pesar de ello estoy haciendo las cosas bien y aplicando en su justa medida mis mecanismos de defensa. Sin embargo, es en estos momentos cuando la gran duda se antepone antes de tomar cualquier decisión: Será finalmente todo esto VERDAD?

Me encantaría pensar que sí....



     ADC Junio 2011 - Instantánea de  un pasado más lejano de lo que parece








lunes, 28 de noviembre de 2016

Crisis de los 30

Pues sí. He de admitir que, contra todo pronóstico estos dos últimos meses tras mi vuelta de Tenerife han supuesto una verdadera crisis de "entrada en los treinta".
A pesar de haber vuelto descansado, contento y con la mente (supuestamente) despejada para afrontar todos los cambios que estaban por llegar, me fuí hundiendo poco a poco. Mi estado vital volvía a decaer sin una razón aparentemente clara a pesar de intentar por todos los medios poner en práctica ese positivismo del que tanto me gusta alardear. Sin embargo esta tarea acabó siendo verdaderamente imposible de realizar al ver que los problemas de mi entorno (pequeños, grandes, emocionales, amistosos, materiales, económicos, etc.) iban acumulándose cada vez más afectando, no solo al desarrollo óptimo de esos cambios que estaban por llegar sino a mi mismo y (sobretodo) a mi autoconcepción como hombre adulto y maduro. En resumidas cuentas, estaba sufriendo un TREMENDO bajón de autoestima a nivel interno al mismo tiempo que mi entorno se perfilaba cada vez más desfavorable en casi todos sus aspectos. Así que, como era de esperar lo pasé mal, muy mal...

Por suerte hace ya tiempo que aprendí una valiosa lección: Todas las crisis, todas esas malas etapas por las que uno pasa a lo largo de la vida tienen 3 características básicas: son TEMPORALES, (más pronto o más tarde, por una razón u otra SIEMPRE terminan) INEVITABLES (tanto la alegría como la tristeza son sentimientos naturales e ihnerentes del ser humano, para bien y para mal) y NECESARIAS (son estas etapas tan oscuras pero también sumamente reflexivas de las que más se aprende a largo plazo, fortaleciendo a la persona, forjando el carácter y estableciendo una visión de la Realidad y el Mundo en general mucho más realista y constructiva) Así que, teniendo todo eso en cuenta esperé, dejé que pasara el tiempo mientras mi cabeza no dejaba de darle vueltas a todo y mi impaciencia me irritaba cada vez más. Pero por fin llegó el día en el que empezó a aparecer tímidamente la Luz...

Al principjo son pequeñas cosas, detalles, acciones aparentemente imperceptibles pero que poco a poco se acaban mostrando como las señales de que la crisis está acabando. Algo que al mismo tiempo y de manera natural ejerce un efecto positivo sobre el estado interno de la persona, dando pie a una retroalimentación entre ambos elementos constante hasta llegar a un equilibrio concreto. Y éste se traduce en la señal definitiva: la crisis ha terminando... No se han disipado todos los problemas, las cosas no son "perfectas", pero por fin puedo asegurar aquí y ahora que esta "crisis de los 30" ha finalizado oficialmente. :)




"Mientras tanto seguiremos aprendiendo a deconstruir verdades aparentemente absolutas. Solo así podremos asumir, entender y estar abiertos a esta Realidad líquida en constante cambio."






miércoles, 14 de septiembre de 2016

Photographs from the Past

Santa Cruz, la Rambla, 23.49 PM, paso por el mismo kiosko de siempre delante de la plaza de toros. Las mismas golosinas, la misma señora que tras mirarme un par de veces reconoce mi cara tímidamente a pesar de los años y la barba. Y tras pedirle lo mismo de SIEMPRE nos sonreímos, le doy el euro y me voy... sintiéndome extrañamente niño de nuevo en una fotografía que no se ha movido de su marco.

:)



domingo, 11 de septiembre de 2016

Quick Statement

There's no place like home
:)


domingo, 21 de agosto de 2016

Excess of Rationality

Nunca olvidaré el día que aprendí una de las mayores y más valiosas lecciones de mi vida. Fué de una manera dura y dolorosa, pero fué el camino necesario para mostrarme la verdad, mi Verdad. Y ésta era que los impulsos, las pasiones, aquello que te "sale de dentro" casi como un sentimiento reflejo y automático son armas de doble filo... Durante aquella época estaba viviendo una historia sentimental bastante intensa y precisamente por ello hice lo que en muchas ocasiones en el pasado ya había hecho. Me dejé llevar únicamente por lo que mi corazón dictaba acallando la parte racional de mi cabeza. Sin embargo, tras un final trágico cuyas consecuencias se alargaron durante meses comprendí que estaba precisamente ahí, en ese hecho abstracto que ocurría dentro de mi cabeza, el mayor de los  errores que había cometido hasta ahora en mis relaciones personales. Por suerte, visualizar finalmente la raíz de un problema es el primer paso para enmendarlo y hacer las cosas bien a partir de entonces. No fué fácil... Ya de por sí soy una persona profunda, intensa, sensible. Y trabajarme la parte racional del cerebro para dominar sobre cualquier impulso que surgiera en mi interior fué un proceso largo y costoso, con subidas y bajadas, éxitos y fracasos, pero siempre con la finalidad de conocerme a mi mismo cada vez más, madurar como persona y así alcanzar la verdadera felicidad.

Debido a esto a día de hoy puedo afirmar que tengo un gran control y conocimiento de mi persona. He asumido que no soy perfecto y que  también es bueno y saludable dejarse llevar por los impulsos cuando la situación es favorable y sin consecuencias aparentemente graves a largo plazo. Todo esto siempre y cuando uno esté lo más equilibrado posible en su interior... Sin embargo, en estas últimas semanas y meses de verano he observado como dicho equilibrio se tambaleaba. No es la primera vez que me pasa, y por ello ya tengo varios mecanismos para solventar estos momentos vitales de manera positiva. Es aquí cuando hago uso de mi mente racional al 100% y me alejo de cualquier tipo de tentación. Así puedo tener mis impulsos más controlados y trazar un camino más o menos recto hasta que mi vida se vuelva a estabilizar. Al fin y al cabo mis experiencias pasadas y mi cabeza así lo dictan. Sin embargo, estas sensaciones no dejan de formar parte de ese proceso de autoconocimiento y crecimiento que se alarga durante la vida de toda persona. Y ésta es de todo menos estática en un flujo intermitente de cambios que dan pie a esta evolución constante del sujeto. De esta manera se muestran por vez primera esas verdades sobre uno mismo que acaban convirtiéndose en importantes lecciones a recordar y aprender. ¿Y qué lección tan importante he aprendido este fin de semana? A veces, en muy contadas ocasiones, cuando hay señales que se muestran bien claras y visibles, es necesario pararse a escuchar ese impulso que la cabeza tanto quiere acallar, entender su razón de ser. Me di cuenta de que muchas veces peco de exceso de racionalidad en todo lo que hago cuando, el verdadero equilibrio no se encuentra en la dominación constante de la parte racional sobre la pasional. Está en escuchar de manera minuciosa y objetiva a ambos elementos y ahí, solo en ese momento, dilucidar finalmente que camino escoger. Un pasito más para conseguir finalmente una verdadera armonía entre "cabeza" y "corazón".

¿Pero que ha ocurrido para que llegara hasta esta premisa?

Dentro de dos semanas empiezan mis vacaciones en Tenerife. Este miércoles cumplo 30 años. Este verano ha sido bastante tumultuoso internamente. Así que tomé una decisión firme y racional. Alejarme durante estas dos semanas previas de todo lo que supusiera fiesta, vida nocturna o vida social más allá de mis amigos más íntimos.  Una manera aparentemente perfecta, madura y tranquila de entrar en esta nueva etapa, recargar de verdad las pilas y alejarme de tentaciones que en los últimos tiempos no me habían aportado las alegrías esperadas. Realmente hasta ahora lo estaba cumpliendo a rajatabla y cada vez me iba sintiendo mejor. Pero algo pasaba...estaba sintiendo una cierta irritabilidad general sin una razón de ser aparentemente clara ¿por qué? No debería ser así cuando una decisión es la correcta, y menos cuando tienes ante tí todo un fin de semana libre para aprovechar el tiempo de manera productiva...así que estaba claro que algo fallaba. Pero no me iba a dar verdadera cuenta de ello hasta ayer por la noche. Me explico: Este fin de semana eran las fiestas de Gràcia y yo había asumido que no iba a subir. De hecho decidí ir ayer sábado con Mario a la playa, pasar allí todo el día y de esta manera "cansarme" y asegurarme de irme a casa pronto... Pero apenas tres cervezas (las primeras en dos semanas) y varias vueltas de tuerca en mi cabeza me hicieron cambiar radicalmente de opinión y decidimos subir esa noche a Gràcia. Sabía por mi experiencia reciente que podía salir mal, que podría no haber sido como yo esperaba. Pero ahí estaban ciertas señales que me indicaban que no se trataba de un impulso a acallar. El ambiente era realmente favorable y decidí arriesgarme...

¿Conclusión?

Un fin de semana de 10, en el que,por primera vez en mi vida he escuchado VERDADERAMENTE a mi cabeza y mi corazón de manera igualitaria para saber escoger el camino correcto. Qué BIEN me lo he pasado, qué BIEN lo he hecho, qué BIEN me siento. :)




No se me ocurre mejor manera de pasar el que ha sidO mi último fin de semana en la veintena de esta manera.
Tranquilo y sereno vs. alocado e impulsivo.
Y en la compañía de mi mejor amigo-sista y del que siempre será mi primer amigo gay en la ciudad.
Me parece casi profético...
Carlos, Mario, GRACIAS 

martes, 9 de agosto de 2016

Bittersweet Summer

Siempre he sido una persona con una memoria remarcable. Para bien o para mal desde muy temprano me di cuenta de que tenía un registro extremadamente amplio, detallista, ordenado y clasificado de todos los recuerdos que conformaban mi vida. Y a día de hoy, a pesar de los años, esa cualidad sigue en perfecto estado manteniéndose como uno de los pilares básicos de mi persona. Es por ello que siempre le he dado mucha importancia al tema de los ciclos, las etapas, esas distintas unidades de tiempo abstractas que usamos cada uno de nosotros para ordenar y clasificar toda experiencia vital y así darle cierto sentido al recorrido cronológico que supone nuestra vida. No se rigen por patrones temporales concretos, sino que cada individuo los configura según su propia experiencia vital así como según su visión subjetiva...

Como he dejado bien patente por aquí, me encuentro en un momento MUY reflexivo en general. Los cambios en mi vida, los objetivos cumplidos, los errores solventados, la finalización inminente de "mis veinte"... Todos ellos elementos que me mantienen mucho más alerta y en constante análisis de mi interior y, por ende de mi percepción del entorno. Gracias a ello he podido encontrar respuesta a una cuestión que me llevo planteando JUSTO desde el día siguiente a la última entrada en este blog: "Si ya estoy bien, si ya he más que pasado la etapa nefasta del 2015, ¿por qué no está siendo un buen verano?" 

Los días siguientes al Pride llenaron mi mente de dudas e inseguridades. Ese "espíritu orgulloso" del que tanto alarde hacía en esa última entrada parecía haberse desvanecido. Al principio lo atribuí al comprensible bajón químico. Pero esta sensación se alargó demasiado en el tiempo, algo completamente inesperado en un principio pero que, al final, tenía su razón de ser. Tras mucho meditar y analizar comprendí que me encuentro al final de un gran ciclo. Estas sensaciones negativas de distinta índole solo eran el síntoma de que esta etapa que está apunto de concluír está obsoleta y que una nueva está apunto de comenzar. Este momento concreto intermedio, en el que uno es ya consciente del "paso" y está preparado para los cambios que están aún por venir, es en cierta medida difícil y confuso. Sabes que a nivel interno estás más que preparado y solo deseas que llegue de una vez el día en el que finalmente puedas afirmar que el nuevo ciclo ha comenzado. Pero esto solo ocurrirá en un momento concreto, en una fecha concreta, cuando un escenario concreto cambie definitivamente. Mientras tanto, seguirás atrapado en un "momento vital" que para ti ya ha expirado... A pesar de haber aceptado dicha idea, no quise prestarle demasiada atención ya que no quería nublar del todo la visión positiva de mi presente. Al fin y al cabo estábamos en verano, época de disfrutar al máximo. Sin embargo, el Universo tenía una última sorpresa guardada para mi. Una sorpresa que me demostraría hasta qué punto esta etapa está más que obsoleta...

En resumidas cuentas, por segunda vez en este 2016 he conocido a alguien que me ha removido por dentro. Alguien con quien desde el principio parecía haber una conexión especial. Alguien con quien tras apenas dos "citas" parecía que todo iba sobre ruedas... Sin embargo, de nuevo se volvió a repetir el mismo patrón y resultó ser alguien que, al final y como era de esperar, me veía más como un amigo mientras mi mente ya viajaba cogida de su mano por senderos asquerosamente románticos... Darme cuenta de esto en un estado de embriaguez máximo fué la gota que colmó el vaso. Verme a la salida de la discoteca, llorando de manera inconsolable cual adolescente hormonada en los brazos de mi amigo sin poder explicarle nada de manera clara debido a mi estado  es una situación que hacía muchísimos años que no me pasaba. Algo que siempre he criticado en la edad adulta y que ahora está presente en un pasado  demasiado cercano. Autoestima por los suelos. Esperanzas que una vez más se desvanecen. Reflexión. Introspección. Y de nuevo rápidamente, la respuesta: "De nuevo has idealizado una serie de situaciones dejando a un lado la visión racional y objetiva de las cosas. De nuevo, has querido aferrarte a una falsa sensación de reciprocidad. Pero el ciclo aún no ha concluído. Y hasta que no lo haga y consigas finalmente reunirte contigo mismo, esa reciprocidad tan secretamente ahnelada no aparecerá. Paciencia, ya falta poco..." 

¿CONCLUSIÓN?
Haré uso de mi trabajada paciencia e intentaré concentrarme en cerrar bien esta etapa tras disfrutar de los dos últimos momentos que este Verano 2016 va a ofrecerme: Mi entrada en la década de los 30 y mis 10 días de vacaciones tan necesitadas en Tenerife. Que así sea... :)



"Sometimes you just have to prune the branches
to let the tree grow in all its magnificence"

lunes, 11 de julio de 2016

Real Proud

Hemos pasado ya el ecuador de este 2016. Y todos los objetivos que me propuse para este año se han cumplido. Dando los últimos coletazos de mi veintena me encuentro en el momento más maduro y más tranquilo de mi Historia.  Cumpliendo con mis obligaciones, siendo responsable, festejando cuando y como se merece. Por fin he encontrado (de nuevo) un verdadero equilibrio. ¿Cómo me siento? Sinceramente, ORGULLOSO...

Haciendo repaso de todo este recorrido de 29 años y 11 meses me doy cuenta de que no ha sido un camino fácil. El pertenecer a ese 10% de la población, ciertas características de mi personalidad, mi procedencia geográfica, etc. Todos ellos aparentes obstáculos que dificultaban la realización a largo plazo de mis ambiciones, de mis sueños... Por suerte el tiempo y la madurez ponen cada pieza en su lugar y lo que antes veía como grandes impedimentos, hoy me doy cuenta de lo que verdaderamente eran: todas distintas lecciones de vida que me hicieron más fuerte, más luchador, más inconformista...en definitiva, que me convirtieron en la persona que soy hoy, de la cual tan orgulloso me siento. 

Con todo esto en la maleta me di cuenta de que se acercaba el Pride. Una fecha en la que, celebre o no, siempre vivo de manera ciertamente intensa pero que,  tras los acontecimientos de estos últimos meses (#prayfororlando) este año era MÁS importante que nunca. Así que me pedí ese día libre en el trabajo con tiempo y me preparé mentalmente para salir a celebrar y reivindicar tras varios años sin poder hacerlo de verdad. Debido a este momento vital en el que me encuentro me fue inevitable ponerme a hacer introspección, a reflexionar, a recordar... Me trasladé a ese tiempo de niñez, de inocencia pura, aquellos tantos momentos en la soledad de mi cuarto en los que bailando, cantando e imaginándome en un mundo de colores y (supuesta) fantasía encontraba mi verdadera felicidad. Y, sin embargo, a pesar de ello sabía que debía restringirlo a la intimidad de mi cuarto a solas. Me sentía un verdadero "bicho raro" y esto suponía una manera de auto-reprimirme. ¿Por qué? Mi realidad circundante de entonces me daba una respuesta clara: todos esos momentos eran fruto de sueños verdaderamente inalcanzables, ficciones creadas en mi cabeza que en última instancia me alejaban del (supuesto) rol que la sociedad ya tenía establecido para mí. Han pasado más de veinte años desde entonces. Toda una vida. Y, de repente, el recuerdo de estos momentos de niñez se me aparece como una de las verdades más aplastantes sobre mi persona. Esos actos, ideas, momentos, miradas hacia el futuro, sueños al fin y al cabo estaban ya configurando de manera inconsciente lo que iban a ser mis pasiones, mis gustos, todo aquello que de una manera u otra me iban a definir como persona pero que solo se iban a hacer patentes como tal ya bien entrado en la edad adulta y tras alejarme definitivamente de mi origen geográfico. Poco a poco la verdad se iba haciendo más y más clara... Ese niño que se dejaba el alma bailando el "Vogue" de Madonna, ese niño que prefería ver durante horas la MTV en un idioma que no dominaba antes que los dibujos animados, ese niño que fantaseaba con tener muchas barbies y una maleta llena de ropa y zapatos para vestirla, ese niño que, tras entender desde bien temprano que era homosexual, se dejaba llevar a solas y en sus pensamientos por lo que su corazón realmente dictaba; todos ellos un claro reflejo de la persona que soy a día de hoy. ¿Un bicho raro finalmente? Tras mostrarse la esencia de uno de manera tan contundente e iluminada la respuesta está más que clara: No, no soy un bicho raro. Quizás singular, me atrevería decir que hasta genuino, pero lo que está claro es que soy ÚNICO. Y de eso precisamente se trata el Pride. De celebrar la singularidad de cada individuo y de todo aquello que lo hace especial y único . De esta manera, lo que parece una celebración frívola sin más funciona realmente como medio de cohesión social para fomentar el respeto, la bondad y la empatía entre todos los seres humanos que formamos esta sociedad tan heterogénea. Porque solo tras aceptar y abrazar  aquello que te hace único podrás entender y aceptar aquello que a tu prójimo también lo hace único...

El día del Pride llegó ayer. Así que, en honor a ese niño que concentraba la mayoría de su felicidad bajo un techo y cuatro paredes mientras viajaba entre sueños, ideé una vestimenta acorde con esos momentos. Una manera metafórica de sacar a ese niño del cuarto y mostrarle lo bonito y maravilloso que es compartir tu verdadero yo con el resto del mundo. Porque es ahí, solo ahí cuando por fin lo descubres: Ya nunca más estarás solo. :)


"If you can't love yourself, how in the hell
are you gonna love somebody else?"
Ru Paul