lunes, 28 de noviembre de 2016

Crisis de los 30

Pues sí. He de admitir que, contra todo pronóstico estos dos últimos meses tras mi vuelta de Tenerife han supuesto una verdadera crisis de "entrada en los treinta".
A pesar de haber vuelto descansado, contento y con la mente (supuestamente) despejada para afrontar todos los cambios que estaban por llegar, me fuí hundiendo poco a poco. Mi estado vital volvía a decaer sin una razón aparentemente clara a pesar de intentar por todos los medios poner en práctica ese positivismo del que tanto me gusta alardear. Sin embargo esta tarea acabó siendo verdaderamente imposible de realizar al ver que los problemas de mi entorno (pequeños, grandes, emocionales, amistosos, materiales, económicos, etc.) iban acumulándose cada vez más afectando, no solo al desarrollo óptimo de esos cambios que estaban por llegar sino a mi mismo y (sobretodo) a mi autoconcepción como hombre adulto y maduro. En resumidas cuentas, estaba sufriendo un TREMENDO bajón de autoestima a nivel interno al mismo tiempo que mi entorno se perfilaba cada vez más desfavorable en casi todos sus aspectos. Así que, como era de esperar lo pasé mal, muy mal...

Por suerte hace ya tiempo que aprendí una valiosa lección: Todas las crisis, todas esas malas etapas por las que uno pasa a lo largo de la vida tienen 3 características básicas: son TEMPORALES, (más pronto o más tarde, por una razón u otra SIEMPRE terminan) INEVITABLES (tanto la alegría como la tristeza son sentimientos naturales e ihnerentes del ser humano, para bien y para mal) y NECESARIAS (son estas etapas tan oscuras pero también sumamente reflexivas de las que más se aprende a largo plazo, fortaleciendo a la persona, forjando el carácter y estableciendo una visión de la Realidad y el Mundo en general mucho más realista y constructiva) Así que, teniendo todo eso en cuenta esperé, dejé que pasara el tiempo mientras mi cabeza no dejaba de darle vueltas a todo y mi impaciencia me irritaba cada vez más. Pero por fin llegó el día en el que empezó a aparecer tímidamente la Luz...

Al principjo son pequeñas cosas, detalles, acciones aparentemente imperceptibles pero que poco a poco se acaban mostrando como las señales de que la crisis está acabando. Algo que al mismo tiempo y de manera natural ejerce un efecto positivo sobre el estado interno de la persona, dando pie a una retroalimentación entre ambos elementos constante hasta llegar a un equilibrio concreto. Y éste se traduce en la señal definitiva: la crisis ha terminando... No se han disipado todos los problemas, las cosas no son "perfectas", pero por fin puedo asegurar aquí y ahora que esta "crisis de los 30" ha finalizado oficialmente. :)




"Mientras tanto seguiremos aprendiendo a deconstruir verdades aparentemente absolutas. Solo así podremos asumir, entender y estar abiertos a esta Realidad líquida en constante cambio."