Hace ya algún tiempo que apareció una persona en mi vida de entre tantas que han ido y viniendo este año. Últimamente no suelo conocer de nuevas a buenas personas de corazón, así que he de admitir que mi escepticismo suele ser una constante a la hora de entablar nuevas relaciones amistosas. Sin embargo con el paso del tiempo empecé a advertir en él toda una serie de cualidades positivas que llamaron mi atención. A pesar de que no nos veíamos mucho, siempre era un placer compartir algo de tiempo con él y su pareja que también era un muy buen amigo mio. Así que poco a poco empecé a desarrollar un verdadero afecto hacia él...
Pasaron los meses y la pareja se rompió. Pero, a pesar de ello quedaron en buenos términos como dos personas adultas que se han querido y se quieren de verdad. Así que mi amistad con ambos siguió fructiferando. Pero un día, algo pasó...
Poco a poco empecé a identificar un sentimiento en mi interior. Al principio quería negarlo ya que crecía muy lentamente (quizás porque yo inconscientemente quería reprimirlo) La situación era cuanto menos extraña. Estaba empezando a sentir una atracción por la recién expareja de un buen amigo. Así que hice caso a mi lógica y mis principios y decidí no hacer nada al respecto. Seguir como hasta entonces. Solo buenos amigos. Así nadie saldría herido...
Tras el verano se interpuso entre ambos una gran distancia física, ya que uno de ellos se iba de Barcelona por tiempo indefinido mientras que el otro (por el cual estaba empezando a sentir "cosas") se quedaba en la ciudad. Esto supuestamente no debería haber alterado mis planes mentales. He vivido situaciones parecidas en el pasado y la experiencia me dictaba que en la mayoría de los casos lo mejor que podía hacer era manterme al margen. No contaba con lo ocurrido hoy...¿o sí?
Primer dia que nos vemos tras la partida de su expareja, y de repente, descubro que esa atracción que estaba sintiendo yo no era unilateral sino recíproca. ¿Cómo actuar entonces? Toda una serie de pensamientos rondan mi mente. Me es inevitable preocuparme por posibles consecuencias negativas en el futuro si sigo adelante con esto (en mi ya acostumbrado afán de mirar demasiado más allá del Presente) Sin embargo, no puedo negar la evidencia y es que, el hecho de saber que es algo recíproco, me ha sacado una sincera sonrisa. Así que, observando el panorama, analizando como tanto me gusta hacer y estableciendo ya bases preliminares puedo irme a la cama tranquilo. ¿Por qué? Porque solo puedo hacer cuatro cosas si quiero que, pase lo que pase, haya un final decente para una historia tan complicada:
- Ser sincero
- Ser buena persona
- Ser yo mismo
- Dejar que el Tiempo sea el encargado de poner cada pieza en su lugar