He estado desaparecido. No solo del mundo, sino de mi mismo. Ha sido una sucesión de semanas de lo más extrañas. Muchas novedades. Mucho en qué pensar. Mucho que hacer. Mucha energía que recuperar. Mucho... Todo se me hizo un mundo. No podía manejar nada. Así que, efectivamente...DESAPARECÍ.
Decidí dormir...dormir mucho, soñar mucho, descansar, estar solo...solo de verdad. Tuve dias de verdadera desconexión. Dias que necesitaba fuera de la ciudad, con la única compañía de mi mejor amiga. Dias de playas solitarias, de nudismo, de risas, de silencios... Necesitaba olvidar, necesitaba recordar, necesitaba reflexionar bien lejos, en confianza, bañado por la brisa del mar. Y al volver, de nuevo, sentí que tenía que dormir... El proceso no había acabado. Alejarme del escenario no resuelve el problema, solo ayuda a descifrar mejor las claves. Así que, como siempre, este proceso siguió adelante envuelto en una aparente nube de caos hasta que, poco a poco, hace apenas dias, se comenzaron a vislumbrar los primeros rayos de luz. Como siempre todo es cuestion de paciencia. Cuando en tu verdadera naturaleza está el salir de la oscuridad, siempre, tarde o temprano, acabas volviendo a ese estado que consideras como "natural". Así que creo que, por fin las cosas estan volviendo a su cauce. Que mejor manera de empezar la segunda etapa del verano (y mis últimas semanas en los 25) que con una Sonrisa Sincera :)
El camino es largo, cruza distintos mundos, se bifurca, re retuerce, se vuelve oscuro, enrevesado, aparecen obstáculos, aparentemente inquebrantables...pero aquí sigo en pie, recorriéndolo, cada vez más fuerte, cada vez más sabio, sabiendo que tras cada curva puede encontrarse, finalmente, el Valle de la Luz...