viernes, 30 de noviembre de 2012

Spectator of my own Chaos

Nadie dijo que fuera a ser fácil...pero tampoco que todo se fuera a torcer tanto.


Hace meses que no paso por aquí. Hace tiempo que mis fuerzas parece que quisieron abandonarme. Cuando todavía me quedaba un atisbo de positivismo, en medio del camino apareció una montaña. Una montaña aparentemente impracticable. Una montaña que derribó por completo toda una serie de planes, de deseos que se estaban gestando como medios para poder guiarme mejor. Pequeñas luces que a lo lejos me daban esperanza. Pero incluso cuando las cosas están mal, éstas pueden ponerse peor.
Y, de nuevo, ESA sensación...esa terrible sensación que te lleva de nuevo a la oscuridad, a la impasibilidad, al miedo, a la inseguridad. Esa sensación que te clava al asiento y te deja inmóvil, sin saber qué hacer, sin saber por donde empezar.

Hace dos años vinimos a vivir aquí con unas ilusiones, con unas expectativas...se iniciaba una etapa completamente nueva para los tres. En cierta medida habíamos establecido una especie de familia, de pequeña familia con la que podíamos contar, en la que podíamos apoyarnos. Ahora, eso termina para siempre. Cris ya se ha ido, y Elena en Febrero estará en Berlín. Y, de repente, estoy yo solo...solo en una casa llena de recuerdos. Solo en una casa con muchísimas responsabilidades. Pero, sobretodo, solo en un lugar que tres personas convirtieron en un HOGAR. He tenido mi tiempo para asimilar todo esto, para poder tomar de nuevo las riendas y convencerme de que, pase lo pase, cambien lo que cambien las circunstancias, yo podré con todo lo que venga. No cabe otra posibilidad. No puedo permitirme otra alternativa... He de hacer caso a las señales, y éstas me indican que he de mirar hacia delante más que nunca. No apegarme a la nostalgia (como tanta tendencia tengo a hacer) y aceptar esta nueva etapa repentina con valor...

Pero...¿por qué no complicar un poco más las cosas? CLARO, de todas formas Easy Doesn't Make You Grow ¬¬

En medio de toda esta vorágine de ideas, pensamientos y planes, de repente, se produjo el "reencuentro". Una noche cualquiera, después de meses sin saber nada, subiendo por mi calle, se cruzó en mi camino mi fantasma. En todo este tiempo atrás había ideado cientos de escenarios, miles de reacciones, millones de imágenes hacia cómo sería o cómo se desarrollaría ese reencuentro. Sin embargo, todas eran en mayor o menor medida situaciones básicamente cordiales o frias, en las que lo acontecido me ayudaría en el proceso de olvidar...no contaba con que ocurriera todo lo contrario. No contaba con despertar de nuevo esa llama. Esa llama que me lleva quemando por dentro todo este tiempo. Esa llama que solo supo encender él hace ya más de medio año y que esa noche volvió a arder como el primer día. Volver a sentir sus besos, sus abrazos, volver a sentir su aroma, su manera de mirarme, volver a verle dormir junto a mi... ¿Por qué? ¿Era necesario? ¿Es el destino? Tras esto, y como es natural, se sucedieron toda una serie de estados de ánimo, de estados de alerta, porque, una vez más, todo había cambiado...

¡NO!

De nuevo, el silencio...¿y ahora qué?

Han pasado muchas cosas, yo he pasado muchas cosas, están pasando muchas cosas... y ya no puedo permitir hundirme más.


"Paciencia, foco y observación hasta pasar del CAOS al ORDEN"