miércoles, 26 de marzo de 2014

Adult Life

¡Madre mia! Creo que nunca había estado tanto tiempo sin pasar por aquí. Mi vida de repente se ha vuelto tan ocupada que no he encontrado el momento hasta ahora para volver a escribir. Tanto ha sido así que me he cargado una de las tradiciones que más me gustaban que era escribir el día 31 de Diciembre mi particular resumen del año que acababa.

¿2013?

Sin duda un año diferente, un año en ascenso y, por qué no decirlo, un BUEN año. No me detendré mucho más en este tema. Todo está dicho, todo está hecho y ahora me encuentro de lleno en este 2014 que está ya recién inmerso en la Primavera.

Entonces, ¿qué ha pasado en este tiempo? ¿Qué ha sido TAN ajetreado en mi vida que me haya hecho pasarme casi 4 meses sin escribir? Digamos que han influído varios factores. El primero de ellos a destacar, sin duda, ha sido el trabajo. Esta famosa oportunidad profesional de la que tanto me jactaba meses atrás ha sido la principal razón. Pero, sinceramente, no tengo queja en este sentido. Llevo todo este tiempo desenvolviéndome en un ambiente completamente nuevo para mí. Sorteando nuevos obstáculos, enfrentándome a nuevos retos y aprendiendo cada día sin parar. De repente me ví inmerso en una nueva rutina horaria y poco a poco ésta fué configurando mi vida y mis hábitos. Con menos tiempo libre, con un nuevo mundo de ideas y proyectos en mi cabeza empecé a priorizar de manera diferente y todo se volvió, por decirlo de alguna manera, más "adulto", más "maduro". Ahora esta etapa está apunto (presumiblemente) de acabar. Me estoy preparando mentalmente para esta vuelta a mi rutina anterior, para esta vuelta a una vida con más tiempo libre pero con menos dinero, con más flexibilidad de horarios pero con menos oportunidades de crecer a nivel intelectual y profesional. Entonces, ¿cómo me siento? La verdad, el sentimiento que más predomina es agradecimiento. Ya sabía que esta oportunidad era solo temporal y que haya durado más de lo estipulado en un principio es más de lo que podría haber deseado. Me voy de aquí con la cabeza bien alta, el trabajo bien hecho y con una cosa bien clara: conozco mejor el mundo profesional en el que me quiero desenvolver en un futuro y se que este puesto no es donde quiero acabar. Así que hay que mirar hacia delante y seguir recibiendo con los brazos abiertos estas oportunidades que te trae la vida.

Al decir esto último me viene a la cabeza otro de los factores de por qué quizás he estado tan ausente por aquí. Si pienso detenidamente siempre he tendido a usar este blog un poco como desahogo en momentos extremos, tanto buenos como malos. Y mirando atrás hacia estos meses de invierno que acaban de terminar me doy cuenta de que ha habido de todo menos extremos. Digamos que por primera vez en mucho tiempo mi vida ha seguido un camino bien lineal, que no quiere decir sin obstáculos. La felicidad de la que hablaba en mi última entrada no ha querido abandonarme en todo este tiempo. Mi estado mental se ha mantenido constante y sin demasiados cambios. Y quizás esa constancia, esa carencia de bajones o subidones ha hecho que no me sintiera en la necesidad imperiosa de desahogarme por aquí. ¿Y cómo calificar esa sensación? Pues, sinceramente, maravillosa. Me gusta la aventura, me encanta la intensidad, pero ya iba siendo hora de sentir una verdadera serenidad en mi vida. Ya iba siendo hora de poder decir que soy yo quien controla mi vida, mis actos, mis pensamientos, mis sensaciones y mis acciones. Como dije al principio, es la primera vez que he sentido que llevo una vida verdaderamente adulta en todas sus consecuencias. Y eso me llena de plenitud y seguridad. Pero, como todos sabemos, no hay nada absolutamente constante en esta vida. Y eso se iba a notar, como era de esperar, con la llegada de la Primavera... Esto no quiere decir que haya vuelto a esquemas anteriores. Mi vida ha cambiado mucho, yo he cambiado mucho y los errores del pasado de los que tanto me costó aprender no se han vuelto a repetir. Pero siempre hay algo característico que aparece con la llegada del calor. La intensidad...

Me explico mejor

El verano pasado conocí a alguien. Una de tantas nuevas amistades que aparecieron en mi vida en esa época. Pero sin más. Íbamos coincidiendo en distintas situaciones. Pero sin más. Me caía bastante bien y siempre era agradable su compañía. Pero sin más... hasta que llegó un día concreto, un día aparentemente como cualquier otro. En ese entonces yo llevaba más de tres meses sin probar el sexo. Era una decisión completamente voluntaria movida por muchas razones, pero básicamente, porque estaba cansado de acostarme con "cuerpos" y no con "personas". Así que ese día, después de varias señales inequívocas, decidí poner fin a mi abstinencia...
De esto hace ya casi dos meses y la cosa no hace más que ascender. Hacía mucho que no me sentía así. Exactamente dos años. DOS AÑOS... ¿recuerdas? Estos paralelismos a nivel sentimental me están empezando a crear toda una serie de sensaciones contradictorias movidas principalmente por el miedo. El miedo a repetir viejos errores. El miedo a volver a sumirme en la oscuridad. El miedo a sentir de nuevo con el corazón para que luego lo hagan pedazos. Y todos estos sentimientos tenían que llegar, como no, en Primavera. Intento focalizar, quedarme con lo bueno. Y, la verdad, es que lo estoy consiguiendo. Como siempre he dicho, he aprendido de los errores del pasado (y mucho) y veo como puedo aplicarlo a mi vida actual. Así que por ahora así están las cosas. Seguiré disfrutando, seguiré haciendo caso de las señales y no me precipitaré en la toma de decisiones. Porque si algo he aprendido de toda esta odisea de experiencias y sentimientos es que, por encima de todo, soy yo el ÚNICO y VERDADERO procurador de mi propia felicidad.

Espero que el tiempo mantenga la vigencia de estas palabras...

Por cierto, ahora soy rubita xD