Cuando la lejanía suponía el camino correcto. Cuando el silencio era necesario para aclarar mente y sentimientos. Cuando dicha decisión se basaba en un halo de esperanza. Cuando parecía que, poco a poco, todo iba a salir bien... las señales vuelven a ponerse en mi contra.
Y ahora solo puedo llorar, llorar y llorar...
Hasta arrancarme el corazón para que nadie pueda hacerle daño nunca más.
Estoy muy cansado
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