martes, 9 de agosto de 2016

Bittersweet Summer

Siempre he sido una persona con una memoria remarcable. Para bien o para mal desde muy temprano me di cuenta de que tenía un registro extremadamente amplio, detallista, ordenado y clasificado de todos los recuerdos que conformaban mi vida. Y a día de hoy, a pesar de los años, esa cualidad sigue en perfecto estado manteniéndose como uno de los pilares básicos de mi persona. Es por ello que siempre le he dado mucha importancia al tema de los ciclos, las etapas, esas distintas unidades de tiempo abstractas que usamos cada uno de nosotros para ordenar y clasificar toda experiencia vital y así darle cierto sentido al recorrido cronológico que supone nuestra vida. No se rigen por patrones temporales concretos, sino que cada individuo los configura según su propia experiencia vital así como según su visión subjetiva...

Como he dejado bien patente por aquí, me encuentro en un momento MUY reflexivo en general. Los cambios en mi vida, los objetivos cumplidos, los errores solventados, la finalización inminente de "mis veinte"... Todos ellos elementos que me mantienen mucho más alerta y en constante análisis de mi interior y, por ende de mi percepción del entorno. Gracias a ello he podido encontrar respuesta a una cuestión que me llevo planteando JUSTO desde el día siguiente a la última entrada en este blog: "Si ya estoy bien, si ya he más que pasado la etapa nefasta del 2015, ¿por qué no está siendo un buen verano?" 

Los días siguientes al Pride llenaron mi mente de dudas e inseguridades. Ese "espíritu orgulloso" del que tanto alarde hacía en esa última entrada parecía haberse desvanecido. Al principio lo atribuí al comprensible bajón químico. Pero esta sensación se alargó demasiado en el tiempo, algo completamente inesperado en un principio pero que, al final, tenía su razón de ser. Tras mucho meditar y analizar comprendí que me encuentro al final de un gran ciclo. Estas sensaciones negativas de distinta índole solo eran el síntoma de que esta etapa que está apunto de concluír está obsoleta y que una nueva está apunto de comenzar. Este momento concreto intermedio, en el que uno es ya consciente del "paso" y está preparado para los cambios que están aún por venir, es en cierta medida difícil y confuso. Sabes que a nivel interno estás más que preparado y solo deseas que llegue de una vez el día en el que finalmente puedas afirmar que el nuevo ciclo ha comenzado. Pero esto solo ocurrirá en un momento concreto, en una fecha concreta, cuando un escenario concreto cambie definitivamente. Mientras tanto, seguirás atrapado en un "momento vital" que para ti ya ha expirado... A pesar de haber aceptado dicha idea, no quise prestarle demasiada atención ya que no quería nublar del todo la visión positiva de mi presente. Al fin y al cabo estábamos en verano, época de disfrutar al máximo. Sin embargo, el Universo tenía una última sorpresa guardada para mi. Una sorpresa que me demostraría hasta qué punto esta etapa está más que obsoleta...

En resumidas cuentas, por segunda vez en este 2016 he conocido a alguien que me ha removido por dentro. Alguien con quien desde el principio parecía haber una conexión especial. Alguien con quien tras apenas dos "citas" parecía que todo iba sobre ruedas... Sin embargo, de nuevo se volvió a repetir el mismo patrón y resultó ser alguien que, al final y como era de esperar, me veía más como un amigo mientras mi mente ya viajaba cogida de su mano por senderos asquerosamente románticos... Darme cuenta de esto en un estado de embriaguez máximo fué la gota que colmó el vaso. Verme a la salida de la discoteca, llorando de manera inconsolable cual adolescente hormonada en los brazos de mi amigo sin poder explicarle nada de manera clara debido a mi estado  es una situación que hacía muchísimos años que no me pasaba. Algo que siempre he criticado en la edad adulta y que ahora está presente en un pasado  demasiado cercano. Autoestima por los suelos. Esperanzas que una vez más se desvanecen. Reflexión. Introspección. Y de nuevo rápidamente, la respuesta: "De nuevo has idealizado una serie de situaciones dejando a un lado la visión racional y objetiva de las cosas. De nuevo, has querido aferrarte a una falsa sensación de reciprocidad. Pero el ciclo aún no ha concluído. Y hasta que no lo haga y consigas finalmente reunirte contigo mismo, esa reciprocidad tan secretamente ahnelada no aparecerá. Paciencia, ya falta poco..." 

¿CONCLUSIÓN?
Haré uso de mi trabajada paciencia e intentaré concentrarme en cerrar bien esta etapa tras disfrutar de los dos últimos momentos que este Verano 2016 va a ofrecerme: Mi entrada en la década de los 30 y mis 10 días de vacaciones tan necesitadas en Tenerife. Que así sea... :)



"Sometimes you just have to prune the branches
to let the tree grow in all its magnificence"

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