lunes, 17 de agosto de 2020

A strange summer, yet a good one

Este año 2020 nos ha cambiado la vida a todos... De repente en Marzo nos vimos sumidos en una pandemia mundial por el coronavirus surgido en China. Por primera vez desde la Gripe Española de 1918 el mundo se enfrentaba a una verdadera crisis sanitaria debido a la propagación del virus por todo el planeta. Así que, de repente, en medio de mis dos primeras semanas de vacaciones el Gobierno toma la drástica (pero necesaria) decisión de confinar a toda la población en sus casas. Se suspenden las clases, se cierran la mayoría de negocios que no fueran esenciales, se restringe la libertad de circulación en vía pública sin una causa justificada... De repente el país se paró por obligación y la incertidumbre pasó a convertirse en una constante. Sin embargo, ya desde el principio supe ver rápidamente como mi situación personal concreta me convertía en cierta medida de los pocos "afortunados" durante todo este proceso.

Me explico...

A pesar de que esas dos semanas de vacaciones se fueron al traste, me di cuenta de que por mi trabajo en Mercadona de repente yo era un "trabajador esencial". Los supermercados, así como farmacias y otros pocos establecimientos esenciales se mantuvieron abiertos. Así que, mientras la inmensa mayoría de España no sabía que iba a pasar con su futuro laboral y económico, yo me encontraba con un puesto indefinido que me iba a seguir reportando mi sueldo habitual cada mes (además de un "plus" que nos pagaron en el mes de Abril por nuestro esfuerzo durante las caóticas primeras semanas cuando empezó todo). Por otro lado, me di cuenta con el paso de los días como este confinamiento no iba a alterar en exceso lo que había sido mi "vida" en el último año. Debido a mis deudas mi vida social se había reducido muchísimo y rara vez me permitía hacer algún plan con amigos que supusiera gastar dinero. Así que este encierro tampoco sería un cambio muy drástico y en el fondo me iba a ayudar a gastar aún menos dinero. Así que, con todo esto en mente encaré el confinamiento de la mejor manera posible...

Hubo días mejores, días peores, mucha reflexión, mucho tiempo para mi... Y las semanas iban pasando convirtiéndose en meses en los que los contagios y las muertes no hacían más que ascender. Lo que en un principio yo creía que serían uno o dos meses como mucho se fue alargando y acercando peligrosamente al verano. Como cada año yo ya tenía mis dos semanas de vacaciones pedidas a principios de Junio para coincidir con el Primavera Sound y poder trabajar allí, así como aprovechar los siguientes 10 días y darme el salto a Tenerife. Pero mis planes, así como mis vacaciones se fueron a la mierda...

Después de casi 3 meses encerrados en casa, a finales de Mayo comienza la "desescalada" de manera progresiva en 4 fases de dos semanas cada una como mínimo (que podrían a su vez alargarse si la cifra de contagiados no descendía lo suficiente). Con el Primavera Sound suspendido y los viajes fuera de la comunidad prohibidos hasta el final de la desescalada tuve que aceptar que no iba a poder ir a Tenerife este año. Y como se trataba de mis dos últimas semanas de vacaciones del año tendría que esperar hasta el 2021 para poder viajar a mi Tierra... Pero bueno, por suerte uno ya tiene experiencia para aceptar "realidades inevitables", así que lo asumí lo mejor posible e intenté concentrarme en cómo podría aprovechar ese tiempo en Barcelona.

Durante mi 1ª semana de vacaciones estábamos aún en la Fase 1, en la que se permitían reuniones de hasta 10 personas en lugares particulares. Así que ese fin de semana, después de casi 3 meses sin vernos, decidimos organizar una fiesta "post-cuarentena" en casa de Marc para reencontrarnos todos. Y como era de esperar fue, por decirlo de alguna manera, FUERTE... Después de tanto tiempo encerrados nos dejamos llevar absolutamente como hacía mucho no nos permitíamos. Y era justo lo que necesitábamos todos.

Tras esta primera semana entramos en la Fase 2 coincidiendo con mi segunda semana de vacaciones. Suponía ya un aumento de libertades y la apertura por fin delas playas para uso recreativo. Así que con esto en mente me propuse comenzar la "temporada de playa" por todo lo alto... sin tener en cuenta que todo podía irse al garete por una tremenda tormenta veraniega que duró prácticamente toda la semana. De nuevo, una semana más encerrado en casa sin poder aprovechar esos días libres. Y, sinceramente, no me lo tomé bien... Podría decirse que esa semana fue de las peores durante todo el confinamiento. Sin embargo, tras mi vuelta al trabajo tomé una determinación: Iba a aprovechar el verano lo máximo posible. Al estar mi Mercadona apenas a 10 minutos de la playa decidí obligarme a ir al salir de trabajar al menos unas horitas. Que para estar encerrado en casa mejor estaba en la playa. Y lo cumplí. Los días que no fuera a la playa iría al gimnasio una vez los volvieran a abrir para retomar la rutina que me vi forzado a dejar al principio de la pandemia. Y lo cumplí. Los domingos (mi único día libre) quería obligarme a madrugar (algo que tampoco me costaba demasiado) para irme desde bien temprano a la playa a pasar el día entero. Y lo cumplí. Quería aprovechar cualquier ocasión para estar más con mis amigos los fines de semana y disfrutarlos más de lo que lo había hecho en los últimos años. Aunque eso supusiera gastar un poco más de lo debido. Y lo cumplí. Y así pasó Junio y parte de Julio... y me di cuenta de que estaba siendo sorprendentemente de los mejores veranos de los últimos años. Todo parecía que iba a volver poco a poco la normalidad cuando finalmente se organiza a mediados de Julio lo que iba a ser mi primer evento de ocio nocturno (fuera de una casa). La guinda del pastel...

Pero por desgracia una semana antes se empieza a producir lo que ya habían vaticinado que podría ocurrir. Los contagios comienzan a crecer de nuevo y se tiene que dar marcha atrás. Se vuelve a cerrar todo el ocio nocturno así como los gimnasios. Por suerte las playas se mantuvieron abiertas, así que las semanas siguientes continuaron de la misma manera, a base de playa y quedando con amigos en sus casas...

Y en un abrir y cerrar de ojos nos pusimos a mediados de Agosto a apenas una semana de mi cumpleaños. Buen momento para hacer balance de todo. Así que, tras analizarlo todo bien tuve que admitirlo: Ha sido un verano extraño, pero ha sido un BUEN verano. Y con eso me doy más que satisfecho. La semana que viene es mi cumpleaños y lo celebraré de manera informal reuniendo a todos mis amigos para pasar el domingo en la playa en lo que para mi será la "clausura oficial del verano".

¿Por qué?

A finales de Octubre tengo la prueba para el título de Catalán que, una vez obtenido, me permitirá opositar para cualquier puesto en la Administración en Barcelona. Así que tengo que irme ya preparando para ponerme a estudiar de nuevo por primera vez en muchos años. Y creo que tras este verano tan bueno y de tantos propósitos cumplidos puedo encarar esta nueva etapa con ganas, madurez y sobretodo determinación. Ahora empieza el verdadero trabajo para mi futuro. Ahora empieza la etapa en la que se decidirá todo. Y solo acabará de manera positiva si me mantengo férreo en mis convicciones y fuerte para cumplir mis objetivos.

Y por primera vez en mucho tiempo, me siento verdaderamente preparado para que así sea.

:)

NO MORE FEAR


Un San Juan verdaderamente inolvidable <3

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