jueves, 25 de junio de 2020

Full deconstruction to make a new start (Part III)

Una de las principales razones que me movieron a dar el paso de dejar H&M y buscar una mejora laboral fue el tema económico. En los últimos años había acumulado una deuda de una tarjeta de crédito y llevaba ya mucho tiempo en general llevando una vida más o menos precaria mientras apenas podía pagarla...
Así que cuando conseguí el nuevo trabajo me relajé en ese sentido. Siempre he tenido mucha tendencia a gastar y no he sido el mejor llevando mis propias finanzas, así que al comprobar que mis ingresos mensuales aumentaron considerablemente así lo hicieron mis gastos. De esta manera no me costó ni diez segundos aceptar la oferta de una tarjeta de Vodafone con unas (supuestas) condiciones magníficas y una gran línea de crédito. Así que no solo habían aumentado mis ingresos sino que ahora tenía en mi poder otra línea de crédito para lo que yo pensaba que serían "emergencias". No lo voy a negar y admito que me dejé llevar por esa falsa imagen de "poder". Por primera vez podía vivir sin medir cada gasto... sin pararme a pensar en ningún momento en el concepto "deuda+intereses"...

Los meses iban pasando y yo me gastaba todo mi sueldo antes de que acabaran... así que siempre me veía obligado a usar la nueva tarjeta a final de mes. Sin pararme en ningún momento a comprobar cómo iba la línea de crédito... Esta dinámica continuó invariable hasta varios meses después de dejar el trabajo. Lo que inevitablemente me iba llevando a darme cuenta del tremendo error que había cometido durante todo este tiempo...

Esta tercera realidad latente estalló cuando finalmente comprobé el verdadero estado de mis finanzas. Una que terminó con cualquier atisbo de esperanza. De repente no solo estaba sin trabajo, hundido moralmente y solo por primera vez en mucho tiempo, sino que además me había fundido en poco más de un año una segunda línea de crédito que triplicaba a la otra. Y aquí terminé de hundirme...como nunca antes me había pasado. Hubo una serie de días muy oscuros en los que consideré seriamente acabar con mi vida. No veía una solución aparente y solo hacía que repetirme como había arruinado así mi vida. Fueron tiempos extremadamente duros, de mucha obligada reflexión, de analizar fríamente todo aquello que me había llevado hasta esa situación. No me quedaba otra. Por primera vez tuve que enfrentarme realmente a mi propia mierda...

Un viaje relámpago a Tenerife para celebrar mi cumpleaños y reunirme con mi familia fue clave para ponerlo todo en perspectiva. Activé el modo "supervivencia" y acepté que tenía que focalizarme en la verdadera prioridad en ese momento: encontrar trabajo lo antes posible. Por suerte en Octubre me cogieron de tele-operador para una empresa de supermercados. Sin embargo las horas y el sueldo no eran suficientes para afrontar mensualmente el pago de todas mis deudas y poder simplemente "vivir". Así que comprendí que si quería salir adelante por mi cuenta tenía que buscar un segundo trabajo para sacarme un sobresueldo. Y en apenas una semana me cogieron de camarero en la sala Tango, casualmente donde hacen la mayoría de fiestas a las que asisto. Así que ya por fin en Noviembre pude "respirar" con algo de tranquilidad.

Sin embargo todo había cambiado... De repente me había convertido en un pluriempleado que trabajaba de lunes a viernes en la oficina y los viernes y sábados noche sirviendo copas. Y el poco tiempo libre que me quedaba tuvo que ser restringido drásticamente si quería recuperarme lo antes posible de todas mis deudas...algo que igualmente ya se iba a alargar muchos años en adelante. Mi vida se convirtió en un ir y venir del trabajo a casa constante, con alguna visita a mis amigos más cercanos una o dos veces al mes. Y fue algo que tuve que aceptar sin remedio. Era la única solución. Yo mismo había provocado todo eso y era mi trabajo encargarme de arreglarlo. En general fue el inicio de los tiempos más duros que he vivido, en los que he comprobado lo verdaderamente fuerte que soy. Mi mente se abrió por primera vez a nuevas posibilidades que nunca antes me había imaginado. ¿Por qué? Mi mundo entero se había roto, todos mis esquemas a la basura...así que ante tal situación en la que toda tu vida se deconstruye solo te queda una opción: Volver a construir desde cero.

Y ahí, en ese momento pude verlo con total claridad y por primera vez en mucho tiempo me sentí en PAZ. Por primera vez tenía un verdadero propósito. Por primera vez acepté verdades sobre mí que nunca me había atrevido a aceptar. Verdades que suponían tirar por tierra para siempre una serie de ideas que habían definido mi pensamiento de manera muy clara durante prácticamente toda mi vida adulta. Me explico...

Dentro de esta vorágine post renuncia de empleo se me sucedían todo tipo de preguntas sobre mi futuro laboral. Después de esta experiencia de la que salí escaldado me preguntaba: "¿hasta qué punto quiero soportar yo algo así por dinero de nuevo?" "¿qué tipo de trabajo sería idóneo para ganar un buen sueldo y que eso no suponga prostituirte por la empresa en la que trabajas?" "¿por qué le doy tanta importancia a que una principal característica de la persona sea su oficio?" "¿Acaso no soy yo y mi vida muchísimo más que mi designación profesional?" Y entonces me di cuenta... El sistema económico está creado para que las empresas funcionen así. Da igual si son medianas, grandes o conglomerados gigantescos. Todos se rigen por el principio de competencia y aumento constante de producción. Y como trabajador te exigirá cada vez más si quieres ser considerado un "triunfador", una palabra que siempre me obsesionó como una meta a conseguir...y que ahora esta más lejos que nunca. Pero si para triunfar tengo que dar mi vida por la empresa en que trabajo, entonces eso no es triunfar. Porque triunfar es lo que haces con tu vida fuera. Tu familia, tus amigos, tus pasiones, tus inquietudes... ahí es donde radica la verdadera felicidad. Así que, con esto en mente pensé: "vale Guille, ahora qué?" "si quieres evitar la empresa privada por todos estos principios que están aflorando, cuáles son tus verdaderas opciones?" La respuesta estaba clara y siempre fue algo que rondaba mi mente vagamente: Opositar. Lo más parecido a una solución que se ajustaba a mis necesidades. Trabajar para el Estado en las mejores condiciones posibles en cuanto a sueldo y comodidades. Un trabajo que me permitiría vivir cómodamente mientras disfruto de mi vida. Así que con esta idea en mente comencé a informarme al respecto y conocer un poco la dinámica. Una preparación que supondría ponerme a estudiar de nuevo y volver a reactivar mi mente como hace mucho no consigo. Sin embargo antes de nada tenía que reorganizar mi vida laboral...

Tras casi una año compaginando ambos trabajos estaba realmente cansado. Y si quería tener tiempo para dedicarle al estudio necesitaba buscarme un único trabajo con mejor sueldo para así poder seguir afrontando el pago de mis deudas. Incluso acepté que este trabajo debía ser algo "fácil", de "menor" categoría como diría antes. Al fin y al cabo necesitaba estar con mi mente lo más serena posible. Y un trabajo como dependiente de tienda o incluso cajero de supermercado se perfilaban como los más idóneos en este sentido. Así que tras un mes buscando en Agosto de 2019 me cogieron en Mercadona en donde trabajo como frutero hasta día de hoy...

Ha sido lo más difícil de mi vida aceptar estar donde estoy, asimilar todas las decisiones que me han llevado hasta este momento. Definitivamente soy una persona diferente. Esto me ha marcado para siempre. Pero estoy bien, estoy sereno. Tengo seguridad laboral, un sueldo decente y un proyecto de futuro verdaderamente realista. Y ahora, cuando miro con retrospectiva he aprendido a no arrepentirme de nada. Todo fue necesario. Todo pasó porque tenía que pasar. Y lo mejor es hacer las paces con eso y seguir adelante.

Porque al final siempre puedes volver a empezar...



Pasado el tiempo, curadas las heridas es el cariño y los buenos recuerdos lo que permanece.

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